En el año 1950, los trabajadores que construían una presa cerca de la localidad japonesa de Fukushima, encontraron un hueso con una antigüedad aproximada de unos 15 millones de años. El resto óseo fue identificado como el fémur de un dinosaurio, y desde entonces fue exhibido en un museo local.

Afortunadamente, el hueso fue trasladado a otro museo poco antes de la catástrofe de 2011, lo que evitó su perdida. Y, ahora, un nuevo análisis realizado por investigadores del National Museum of Nature and Science de Tokio, ha revelado que en realidad no se trataba de un hueso de dinosaurio, sino que pertenecía a otra especie prehistórica.

Lo que han descubierto es que se trata del fémur de un ejemplar de paleoparadoxia, un tipo de mamífero marino prehistórico emparentado con los actuales hipopótamos que vivía en aguas del Pacífico. Estos animales medían más de dos metros de largo, y el ángulo de sus dientes tenía la forma del cucharón de una retroexcavadora.

Fuente: Livescience.

Vicente Fernández López