Las bacterias que viven en el estómago de las vacas podían ser la solución natural para acabar con la contaminación por plásticos

La contaminación por plásticos afecta gravemente tanto  al medio ambiente como a nosotros mismos. Las personas podríamos acumular hasta 79.000 partículas de microplasticos al año. A la vez que los científicos buscan alternativas más ecológicas a los plásticos, también intentan encontrar una manera de hacer desaparecer los que utilizamos actualmente.

La mayoría de los desechos plásticos se incineran, agravando el problema de los gases de efecto invernadero. La solución puede venir de unos aliados inesperados, los microorganismos. Ya hay estudios que utilizan bacterias para crear plástico renovable e incluso para reutilizarlos como vainilla.

La nueva propuesta para descomponer los plásticos, de manera totalmente natural, ha sido ideada por la Universidad de Agronomía en Viena. El estudio ha utilizado baterías presentes en el estómago de las vacas para disolver los polímeros que forman los plásticos.

La Doctora Doris Ribitsch, explica cómo se les ocurrió la idea de utilizar el estómago de las vacas para descomponer plásticos: “Una enorme comunidad microbiana que vive en el rumen (uno de los cuatro estómagos de las vacas) es responsable de la digestión en estos animales. Así que sospechamos que algunos mecanismos biológicos podían utilizarse para hidrolizar los poliésteres”.

Un estomago que puede digerir tanto vegetales como plástico

La hidrolización de poliéster es una reacción química que sirve a las vacas para descomponer plantas y vegetales comunes en su dieta, pero esta reacción también puede descomponer ciertos plásticos.

El estudio experimentó en tres tipos de plásticos, los PET (comunes en la industria textil), el plástico comportable y plásticos de origen biológico.   Todos los tipos de plásticos se descompusieron al reaccionar con el líquido del estómago de las vacas, si los plásticos eran triturados previamente el proceso era aún más rápido.

Aunque esta técnica solo se ha llevado a cabo en laboratorio, la gran cantidad de líquido de rumen que se acumula diariamente en los mataderos haría fácil que recrear el experimento a escalas mayores. Aun así, la doctora Ribitsch avisa de que la investigación requerirá de muchos fondos, puesto que el material de laboratorio necesario es caro y este tipo de experimentos requiere mucha investigación para llevarse a cabo.

El equipo espera poder seguir trabajando en este proyecto y propuestas similares, creen que las comunidades microbianas son poco exploradas como recurso potencial para ayudar al medio ambiente y que supondrán una diferencias utilizadas adecuadamente.

REFERENCIAS

Together Is Better: The Rumen Microbial Community as Biological Toolbox for Degradation of Synthetic Polyesters