Un estudio revela resultados inesperados sobre los motivos por los que las personas se convierten en negacionistas del cambio climático 

¿Los negacionistas del cambio climático tergiversan los hechos para no tener que modificar sus comportamientos perjudiciales para el medio ambiente? Los investigadores de la Universidad de Bonn y del Instituto de Economía Laboral (IZA) llevaron a cabo un experimento en línea en el que participaron 4.000 adultos estadounidenses, y no encontraron pruebas de que esto fuera así.

Los propios autores del estudio se mostraron sorprendidos por los resultados. Queda por ver si son buenas o malas noticias para la lucha contra el calentamiento global. El estudio se ha publicado en la revista Nature Climate Change.

Por qué hay negacionistas del cambio climático

Un número sorprendentemente elevado de personas sigue restando importancia al impacto del cambio climático o niega que sea principalmente producto de la actividad humana. ¿Por qué? Una hipótesis es que estas ideas erróneas tienen su origen en una forma específica de autoengaño, a saber, que a la gente simplemente le resulta más fácil vivir con sus propios fallos climáticos si no creen que las cosas vayan a ir realmente tan mal. «Llamamos a este proceso de pensamiento ‘razonamiento motivado'», dice el profesor Florian Zimmermann, economista de la Universidad de Bonn y Director de Investigación del IZA.

El razonamiento motivado nos ayuda a justificar nuestro comportamiento. Por ejemplo, alguien que se va de vacaciones varias veces al año puede argumentar que el avión despegaría igual sin él, o que un solo vuelo no cambiaría nada, o -más concretamente- que nadie ha demostrado la existencia del cambio climático provocado por el hombre. Todos estos patrones de argumentación son ejemplos de razonamiento motivado. Retorcer los hechos hasta que nos permitan mantener una imagen positiva de nosotros mismos mientras mantenemos nuestro comportamiento dañino.

Autoengaño para conservar una imagen positiva de uno mismo

Pero, ¿qué papel desempeña esta forma de autoengaño en la forma en que la gente piensa sobre el cambio climático? Hasta ahora, apenas se habían aportado pruebas científicas para responder a esta pregunta. El último estudio ha colmado esta laguna y ha arrojado resultados inesperados. Zimmermann y su colega Lasse Stötzer llevaron a cabo una serie de experimentos en línea con una muestra representativa de 4.000 adultos estadounidenses.

En el centro de los experimentos había una donación por valor de 20 dólares. Los participantes fueron asignados al azar a uno de dos grupos. Los miembros del primer grupo podían repartir los 20 dólares entre dos organizaciones, ambas comprometidas en la lucha contra el cambio climático. Por el contrario, los del segundo grupo podían decidir quedarse con los 20 dólares en lugar de regalarlos y, al final, recibirían realmente el dinero. «Quien se quede con la donación tiene que justificárselo a sí mismo», afirma Zimmermann. «Una forma de hacerlo es negar la existencia del cambio climático».

Sucedió que casi la mitad de los del segundo grupo decidieron quedarse con el dinero. Ahora los investigadores querían saber si estos individuos justificarían su decisión retrospectivamente repudiando el cambio climático. Los dos grupos se habían juntado al azar. Por tanto, sin «razonamiento motivado», deberían compartir esencialmente una actitud similar ante el calentamiento global de origen humano. Sin embargo, si los que se quedaron con el dinero justificaron sus acciones mediante el autoengaño, su grupo debería mostrar mayores dudas sobre el cambio climático. «Sin embargo, no observamos ningún signo de ese efecto», revela Zimmermann.

La negación del cambio climático: ¿una seña de identidad?

Este hallazgo también se confirmó en otros dos experimentos. «En otras palabras, nuestro estudio no nos dio ningún indicio de que las ideas erróneas generalizadas sobre el cambio climático se deban a este tipo de autoengaño», dice Zimmermann, resumiendo su trabajo. A primera vista, son buenas noticias para los responsables políticos, porque los resultados podrían significar que sí es posible corregir las ideas erróneas sobre el cambio climático, simplemente proporcionando información exhaustiva. Si, por el contrario, la gente está tergiversando la realidad, este planteamiento es un fracaso.

Sin embargo, Zimmermann aconseja ser prudentes: «Nuestros datos revelan algunos indicios de una variante del razonamiento motivado, concretamente que negar la existencia del calentamiento global de origen humano forma parte de la identidad política de ciertos grupos de personas». Dicho de otro modo, es posible que algunas personas se definan hasta cierto punto por el mero hecho de no creer en el cambio climático. Para ellos, esta forma de pensar es un rasgo importante que les diferencia de otros grupos políticos y, por tanto, es probable que simplemente no les importe lo que los investigadores tengan que decir sobre el tema.

REFERENCIA

A representative survey experiment of motivated climate change denial