Una boda, un concierto o el mayor baile de la historia. Un torneo deportivo o una sesión de cine. Todo esto puedes hacerlo bajo el agua. También está la opción de jugar a las palas en la arena.
Ver una peli
Ver Buscando a Nemo bajo el agua, pero se trata de la iniciativa del filántropo británico Lloyd Scott, quien se sumergió en un tanque del acuario de Londres para recaudar dinero para la ONG Niños con Leucemia.
Danzando bajo el agua
El mayor número de parejas bailando se consiguió en la piscina olímpica de Sídney cuando 74 dúos se unieron para moverse al compás de un ritmo inaudible.
En busca de un récord
La buceadora profesional Deborah Azzopardi reunió cerca de 200 buceadores con el propósito de batir un récord mundial: más de 70 personas planchando bajo el agua. Y no vale hacer la plancha.
¿Para evitar lesiones?
No, para batir un récord. El atleta alemán Wolfgang Kulow ya es el hombre que más distancia caminando ha recorrido bajo el agua: 48,7 kilómetros. Ahora quiere una marca mayor, pero en dos ruedas.
Una pinturita
El artista ucraniano Alexandr Belozor persigue un récord mundial al pintar el cuadro más grande hecho bajo el mar: un lienzo de 70 x 100 centímetros. El intento fue enviado a la oficina del Guinness para validarlo.
Boda pasada… por agua
Para celebrar san Valentín, a James Oliver y Kathryn O’Connor no se les ocurrió mejor idea que celebrar su aniversario besándose en las aguas del London Sea Life Aquarium.
¿Apuestas?
Una partida de “póquer marino” realizada en un barco naufragado en la orilla del río Taw, en la isla caribeña de Saint Kitts.
Una idea que da dentera
Para promocionar la venta del DVD de Tiburón en HD, el acuario de Londres no tuvo mejor idea que introducir a dos valientes que veían la peli en un salón submarino mientras un escualo les robaba las palomitas.
Alicia en el país de las aguadillas
Martin Garwood (izquierda) y Amanda Elzer toman un té bajo el agua con el propósito de recaudar fondos para el Consejo del Cáncer en el Acuario de Sídney, Australia.
Ya quisiera Michael Jordan
Bajo el agua, volar como hacen los grandes del baloncesto parece fácil, pero es una cuestión de pulmones: cuanto más aire tenemos dentro, más livianos somos; pero si lo soltamos, nos hundimos.
Economía sumergida
En octubre de 2009, el por entonces primer ministro de Maldivas, Ibrahim Didi, convocó un consejo submarino para alertar del peligro del cambio climático en los arrecifes del planeta.
Rocky vs. el capitán Nemo
Dos modelos posan en Filipinas para un calendario de moda que busca mostrar cuántas actividades se pueden hacer bajo el agua y lo importante que es preservar este recurso.
¡Así no vale!
La física nos enseña que el peso de un objeto bajo el agua (no entraremos aquí a discutir si el fluido es salino o no y cuánta sal tiene) se reduce aproximadamente un 75%. Así, levantar 100 kg no es una proeza.