La preocupación por el derretimiento del Ártico y el abuso de la energía, y también una respetuosa admiración por la naturaleza, predominan entre las obras presentadas a nuestro concurso de fotografía. Sus autores: los asistentes a las jornadas sobre cambio climático y comunicación celebradas en el CSIC (Madrid) el 5 y 6 de julio. En ellas se dieron a conocer las conclusiones del proyecto internacional GRACCIE sobre el tema, se abordó su divulgación desde el periodismo, el cine y el cómic, y se celebraron mesas redondas. Científicos, comunicadores y público interesado nos han enseñado cómo ven el cambio climático a través de la cámara. Estas son las aportaciones del ganador, los dos finalistas y varios participantes.
Un Madrid visto desde Torrelodones una clara mañana de enero le valió el primer premio al estudiante de periodismo Alberto Fanego. Según nos cuenta, se topó con la imagen «mientras estaba documentando el desmantelamiento de una radio en un cerro elevado desde el que se pueden ver muy bien Madrid y los pueblos de alrededor. Nos encontrábamos en un periodo de anticiclón que, como se puede apreciar, dejaba a la vista el lamentable estado del aire en la ciudad. Al conocer la temática del concurso pensá: esta es».
La finalista Inmaculada Fernández nos enseña cómo se van desprendiendo fragmentos de hielo del glaciar en la laguna Jörkulsárlón (Islandia). Eligió esta imagen porque «la rapidez con que retroceden los glaciares es uno de los efectos más visibles del cambio climático».
Marineros, científicos y divulgadores en pleno deshielo cerca de las Islas Svalbard (Noruega) inspiran al otro finalista, Luis F. Resines. Resines participó como
ponente en una de las conferencias sobre ciencia y nuevos medios de comunicación y difusión, ya que forma parte del equipo creativo Pelopantón. Tras publicar un cómic sobre la Expedición Malaspina 2010, están preparando otro sobre cambios abruptos en el Ártico.
Decidió enviar la fotografía «para compartir la motivación por impulsar la divulgación científica y transmitir a la sociedad la
importancia de la ciencia y el conocimiento para la madurez y el desarrollo de un país y para la sostenibilidad de la Tierra».
La aportación de Maribel Vara, investigadora de Ecología y Restauración de Ecosistemas Acuáticos, se tomó en abril de 2011 después de una tormenta en Taxco (México).
Su intención era dar testimonio de los cambios climáticos bruscos: «He intentado reflejar la calma tras una repentina y virulenta tormenta de granizo que paralizó la ciudad durante más de media hora, convirtiendo las calles en ríos. Incluso los habitantes de Taxco dejaron de atender sus comercios para contemplar el fenómeno meteorológico. En la foto se ve uno de los típicos taxis de la ciudad, sobre el que un tejado desagua las últimas gotas de la tormenta».
Miguel Ángel Aceituno iba en el coche, de camino al trabajo, cuando vio encenderse el indicador de reserva del combustible. «Tenia en mente el concurso, y me llegó así la inspiración.
Quise reflejar, mediante una metáfora, el estado de reserva en el que se encuentra nuestro planeta.
Había pensado en enviar fotografías en la naturaleza, o imágenes para denunciar muchos hechos. Al final, creo que con esa luz de reserva todo se entiende. Es una alerta, porque pienso que todavía podemos reaccionar».
José Abel Flores es profesor de Micropaleontología y Oceanografía en la Universidad de Salamanca y se dedica a la investigación de la variabilidad climática en el océano. El pasado abril, en pleno desierto de Dubai, se topó con esta escena.
«Al fondo, frente al Sol, se observan los rascacielos y los interminables tendidos eléctricos que recorren ese país, en el que se está desarrollando una ciudad, una sociedad, en medio del desierto a costa de un importantísimo dispendio energético. La energía se obtiene del petróleo y se emplea, desde para desalinizar agua, hasta para mantener un ingente sistema de refrigeración. Un paraíso artificial que no concuerda con su ubicación».
La gran belleza de nuestro planeta y la reflexión sobre el origen glacial de los lagos inspiraron a Roselis Salazar para atrapar así la belleza del lago Enol (Asturias). La geóloga considera que el cambio climático «es algo en lo que todos debemos involucrarnos, participando en la búsqueda de soluciones efectivas».