Diez animales bajo el agua

El ornitorrinco nada utilizando su cola como remo. Con ojos y oídos cerrados, localiza a las presas por los electrosensores de su pico.

Al zambullirse en busca de las algas que suponen su único alimento, la iguana marina acumula sal que luego expulsa estornudando.

El delfín nadador del Atlántico no se detiene ni para darse un buen banquete de peces. Supera los 33 km/h y solo respira 3 ó 4 veces por minuto.

Lo último que quieres ver bajo las olas: los 8 m de un tiburón peregrino. Pero tranquilo, solo está filtrando plancton para alimentarse.

Por mucho que disimulen a base de ternura, lo cierto es que los hipopótamos ¡no saben nadar! Avanzan a saltos sobre el fondo.

Aunque este lleve la trompa sumergida, los elefantes la utilizan como un snorkel para nadar, mientras se impulsan con las cuatro patas.

Las hembras de manatí amamantan a su cría durante un año. Mientras, ellas van buscando vegetación para ir reponiendo fuerzas.

En el Oceanográfico de Qingdao (China) los visitantes pueden nadar junto a las belugas. Unos encuentros inolvidables para un niño, pero algo estresantes para el animal.