¿Has fantaseado alguna vez con cómo sería vivir como Mowgli en El Libro de la Selva? Tippi Degré lo sabe muy bien. Hija de los fotógrafos Alain Degré y Sylvie Robert, la pequeña Tippi pasó una infancia que más de uno desearíamos para nosotros: entre animales salvajes y tribus africanas.

Sus padres, apasionados por la naturaleza, viajaron incansablemente por el continente africano llevando consigo a la pequeña hasta que esta tuvo 10 años. La mayoría de ocasiones, esta rubia pizpireta solo iba vestida con un taparrabos. Jugaba con los animales más fieros del mundo y se alimentaba de raíces y bayas, al igual que sus amigos bosquimanos.

Entre su círculo intimo más salvaje, la pequeña mantuvo una estrecha relación con Abu, un elefante que en sus tiempos mozos había sido artista de circo, películas y anuncios publicitarios. También intimó con JB, un leopardo huérfano criado en libertad por los dueños de una hacienda del lugar. Teniendo en cuenta que a los niños ni les veía por el desierto, la amistad de Tippy con los animales llego a ser muy estrecha. Tanto que en una ocasión JB mordió a un niño de una tribu y la pequeña, tras regañar al leopardo, consiguió que este cesara su ataque.

Tippy, bautizada así en honor a la protagonista de la película «Los pájaros» (Alfred Hitchcock), regresó con sus padres a París antes de su adolescencia. No se acostumbró al nuevo hábitat, por lo que a pesar de asistir un par de años a una escuela pública, continuó su formación en casa. Actualmente estudia cine en la Sorbona.

Tras realizar varios documentales para Discovery Channel, Tippy escribió un libro que recoge sus aventuras en Namibia. Según afirma en el mismo, no entiende a las personas que se quejan de la vida en la cuna de la humanidad: «Toda la gente tiene problemas. Yo no tuve ninguno cuando vivía en África». Según Sylvie, su madre, “Fue mágico vivir en libertad la naturaleza junto a Tippi. Ella nació y se crió hasta los diez años en plena naturaleza con la compañía de todo tipo de animales. Consideraba que éstos eran sus amigos y nunca les tuvo miedo, simplemente los miraba a los ojos y hablaba con ellos. Siempre pensé que ofrecer todo esto a mi hija era lo mejor que podía hacer, darle una experiencia inolvidable en comparación a la infancia que viven la mayoría de los niños en las ciudades. Mi decisión de criarla en el desierto africano fue una de las mejores decisiones que he tomado y no me arrepiento de ello.”  

En esta fotogalería podrás disfrutar de las fotos que le hicieron sus padres cuando era pequeña. Sin duda, una forma increíblemente hermosa de crecer.

 

Visto en: Trendhunter