La mamba de Jameson

En la película Kill Bill, Uma Thurman es una asesina letal apodada «la mamba». Un nombre muy bien elegido, porque esta es una de de las serpientes más mortíferas del mundo. con cada mordedura inyecta una dosis de 120 mg de veneno; suficiente para matar a un regimiento, ya que solo 15 mg son mortales para el ser humano.

Víbora de los arbustos

De origen africano, pertenece a uno de los trece subgéneros (Atheris) que forman la familia de las víboras. Con cada mordisco inyecta una dosis de 7 mg de veneno; insuficiente para matar a un hombre. Pese a ello, durante las guerras púnicas los cartagineses las usaban en los combates navales para arrojarlas a las cubiertas de los barcos enemigos.

La serpiente del maíz

Originaria de Estados Unidos, los granjeros de Kansas y Oklahoma solían usarlas como mascotas. ¿El motivo? No son venenosas y acaban con los roedores y las aves que rondan los sembrados. Además, la mutación casi constante de sus colores, que se produce con cada muda de piel, da lugar a ejemplares de asombrosa belleza.

Anaconda

La serpiente más grande del mundo: una bestia de 12 m y 500 kg de peso. Haboita en las selvas sudamericanas y, aunque no es venenosa, eso no la hace menos peligrosa. Pertenece a la familia de las constrictoras, lo que significa que se enrolla en torno a sus presas con su cuerpo, formado por anillos musculosos, y las tritura hasta matarlas. Luego, las engulle enteras. Las tribus amazónicas la bautizaron boiuna, «diosa de las aguas».

Cobra escupidora

Nunca le muestres tus ojos, porque son su blanco preferido. Este reptil africano, cuyo tamaño varía de 1,5  a3 m, escupe su esputo venenoso hasta una altura de 3 m, para alcanzar de lleno los ojos de su presa y cegarla. Los egipcios la llamaban ureau, y creían que estas criaturas ayudaron a la diosa Isis a conquistar el país.

Cabeza de cobre

«Pariente» de la mítica cascabel que ostenta, tras ella, el «honor» de ser la segunda especie más peligrosa de EEUU, ya que entre ambas muerden al año a 8.000 personas, de las que mueren varias decenas.

Pitón reticulada

La segunda serpiente más grande, algunos ejemplares miden 10 m. Habita Asia y África, y es una constrictora, como la anaconda. Un ejemplar adulto puede matar a un humano, y su mala reputaqción la ha convertido en protagonista de terribles leyendas. Los griegos hablaban de la Pitón de Delfos, creada por Gea (diosa de la Tierra) para proteger el oráculo.

Mamba verde

Aunque puede ser de diversos colores, su nombre se debe a su capacidad camaleónica de adoptar el tono verdoso de la vegetación. Este reptil africano es peligrosísimo por su veneno letal y por la velocidad con que persigue a sus presas, moviéndose a 20 km/h.

Cobra real

Es la serpiente venenosa más grande del mundo, ya que mide 5 m. Tal vez por eso, en la mitología hindú se la consideraba la encarnación de Sheesh Nag, el dios de las serpientes. Vive en el Sudeste Asiático, y su mordedura puede matar a un elefante.

Serpiente de jarretera

A esta sí que puedes acariciarla, ya que no es venenosa. Este reptil acuático es uno de los especímenes más hermosos del mundo. Se alimenta de roedores y de otras serpientes.

¿El eslabón perdido de los ofidios?

El hallazgo de un cráneo y una mandíbula (las más completas que existen) de un ejemplar de la extinta Yurlunggur aporta nuevos datos sobre la evolución de estos reptiles. Según un estudio publicado en Nature, esta criatura existió hace 25 millones de años y podía vivir tanto en la tierra como en el agua. Por eso se cree que pudo ser el eslabón evolutivo entre los reptiles acuáticos y las actuales serpientes.