No es extraño que el agapornis sonría
Cría de Agapornis papillero, o ave inseparable, por la costumbre de sus padres de mimarse continuamente. Los pichones se despiden de ellos a los 50 días.
Capuchinos, los más inteligentes del Nuevo Mundo
Así se les conoce a los monos capuchinos. Las primeras tres semanas de vida las pasan aferrados a la espalda de sus madres. Luego se dejan llevar por otros y al tercer mes ya son independientes.
En familia
Apenas nacen, las crías de nutria quedan bajo el cuidado de sus padres y sus hermanos mayores. Al mes abandonan el nido, y a los 60 días ya pueden nadar solos.
Un caimán a pedir de boca
El primer año y medio de vida de un caimán transcurre entre las fauces de su madre y la vida en pequeños estanques, donde aprende a cazar.
El erizo: dentro pica
Los erizos nacen ciegos y con sus espinas dentro de la piel. Deben esperar a que su madre le dé su primer “baño” para que estas salgan a la luz.
Adiós a las bolsas
Entre los 12 y los 17 meses, las crías de canguro dejan la bolsa marsupial y abandonan la infancia. En el cuerpo de la madre, aún quedan dos crías: un embrión y otro que pasa a ocupar su lugar en la bolsa.
El zorro rojo se va pronto de casa
El zorro rojo es destetado muy pronto, a los 35 días. Pero abandona su infancia un poco más tarde, a los 6 meses, cuando comienza a cuidar de sus hermanos pequeños.
Ni una pluma
Así de desprotegido nace un pingüino. Por eso, los primeros 30/40 días los pasa refugiado en los pies de su padre. Después ya es capaz de valerse por sí mismo.
El león que todavía no ruge
El rey de la selva abandona su infancia en varias etapas: a las 4 semanas es presentado a la manada, a los 10 meses es destetado y al año ya caza su propio alimento.
Retrato de familia
A los seis meses, las alpacas dejan de amamantar a su cría. Durante ese período, los pequeños aprenden a defecar siempre en la misma pila.
Con los pies en la tierra
Hasta los 20 días, las crías del murciélago orejudo (Plecotus auritus) no pueden levantar vuelo. Durante esas semanas los pequeños conviven con otras 40 a 60 crías.
Cuestión de jerarquía
Apenas segundos después de nacer, las camadas de cerdos domésticos se pelean por su lugar para amamantarse. El “mejor sitio” son las mamas anteriores. Quienes las obtengan serán los dominantes.