La miniaturización es una tendencia entre los insectos. Y no solo ellos. Hay caracoles del tamaño de un grano de arena y crustáceos invisibles a nuestros ojos
Cada vez hay más estudios que muestran una tendencia bastante extendida a la miniaturización, en algunos casos, hasta llegar a tamaños extremadamente pequeños.
Musarañas (Soricomorpha: Soricidae), Colibríes (Apodiformes: Trochilidae) y diversos grupos de insectos y de arácnidos están reduciendo su tamaño hasta hacerse casi invisibles al ojo humano.
Este fenómeno se aprecia especialmente en regiones tropicales, donde hay más diversificación entre las especies.
La explicación básica es que, ante una necesidad de recursos en un espacio cada vez más limitado, miniaturizarse es un buen recurso evolutivo. Al hacerse más pequeños pueden acceder a nuevas fuentes de alimentos, sobrevivir en otros nichos no explorados, y, sobre todo, necesitan menos alimento y es más difícil ser depredado si eres muy muy pequeño.
Entre los artrópodos, la miniaturización es una de las tendencias evolutivas más significativas.
La Tantulacus dieteri es la especie de artrópodo más pequeña del mundo, con tan solo 85 micrómetros (0,085 milímetros), mucho más pequeño que algunos seres unicelulares.
En otras especies tambié es posible ser sorprendentemente pequeño.