Por ese líquido transparente y vacío para el común de los mortales pulula un gentío de microorganismos con formas y vidas tan diversas como apasionantes. Entre los que se han dado cita en esta página tenemos el privilegio de contar con alguna rara avis y con una amplia gama de estrategias de supervivencia: la posibilidad de reproducirse con o sin sexo, o el recurso de contraerse ante cualquier peligro, e incluso de refugiarse en una dura coraza.
Para algunos, la vida constituye una aventura compartida. Se agrupan en colonias que pueden apreciarse a simple vista como lunares sobre las rocas.
También las hay que ofrecen en abierto su proceso digestivo, en el que las verdes algas ingeridas se vuelven púrpura y luego ocre, y la que utiliza un refinado truco para recibir la misma cantidad de sol en todo su cuerpo: una esfera de yeso en cada extremo garantiza el equilibrio sobre la superficie acuática.
Es lo que ha sacado a la luz el entusiasmo de unos alumnos (Iván Hervías Rodríguez, Marcos Ochoa y Sergio Pascual) del Instituto Batalla de Clavijo, en Logroño (La Rioja). Con el nombre de Proyecto Agua, y dirigidos por el profesor de Biología Antonio Guillén, llevan tres años fotografiando lo que los demás no solemos ver. Su trabajo ha merecido el primer premio de la Google Science Fair, que ayer se concedió en la sede de Mountain View del buscador.