Una experta en fotografía científica explica cómo hacer fotos de hormigas e insectos con tanto detalle

Lola Molina (@scientific_img) es licenciada en Farmacia y doctora en Bioquímica y Biología molecular, y ha creado la primera (y única) empresa dedicada a la fotografía científica que existe en España. Lola nos explica cuáles son los pasos para hacer un retrato de una hormiga con extremo detalle, cómo sacar primeros planos del ala de una mariposa o fotografiar la mirada de una araña.

100 fotos para conseguir una

Este tipo de técnica (llamada apilado o stacking) requiere cientos de fotos del mismo animal para conseguir toda la muestra enfocada. Es decir, le he hecho más de 100 fotos a la hormiga que ves aquí. De la última pata a la cabeza. Tramo a tramo. Y todas esas imágenes las uno para tener la foto final.

La profundidad de campo es milimétrica

La profundidad de campo es la parte que “pillamos” enfocada en una foto. Si fotografías un paisaje, la profundidad de campo es enorme. Pueden estar enfocados desde los árboles más cercanos hasta las montañas del fondo. En un retrato, es mediana (puede estar enfocado el sujeto y desenfocado el fondo) y en macro es pequeña (enfocados apenas unos centímetros). Y, en el caso de una hormiga, hay que afinar aún más. No es macro, es macro extremo. Es decir, vas a fotografiar un animal que apenas mide un centímetro. La profundidad de campo es de milésimas.

La profundidad de campo disminuye conforme conseguimos más aumentos. Así que lo que se pilla enfocado puede ser una pequeña línea del cuerpo de la hormiga, de varios milímetros, o incluso menos. Por ello es necesario hacer cientos de fotos, realizando una especie de “barrido” por el cuerpo del insecto.

Mi carril es tan bueno porque me lo ha fabricado mi padre, que, aunque no se dedica a esto, todo se le da bien

La ayuda de un carril

Utilizamos un carril micrométrico que se va moviendo. En mi caso, dejo la muestra (la hormiga, o la polilla) fija y muevo la cámara gracias al carril (aunque se puede hacer al revés).

El carril debe ser muy preciso, y el mío alcanza movimiento de hasta de 1 micra en 1 micra. Es tan bueno porque me lo ha fabricado mi padre, que, aunque no se dedica a esto, todo se le da bien.

Aun así, no suele ser necesario moverlo en pasos tan pequeños, el movimiento se ajusta según el tamaño de la muestra y el objetivo que usemos.

Respira antes de hacer la siguiente foto

También es necesario esperar unos segundos entre foto y foto, para que la pequeña vibración que se produce tras el movimiento se estabilice. Por todo esto, entre las cientos de fotos que son necesarias y los tiempos de espera entre foto y foto, en tener todo el material necesario se
tarda mucho tiempo. Luego hay que apilar todas las fotos usando un software especial, y posteriormente realizar una edición básica, en mi caso en Photoshop.

Hay que limpiar cada mota de polvo

Aunque a simple vista no lo apreciemos, cada motita de polvo, tierra o suciedad se amplifica mucho en el macro extremo, así que hay que intentar trabajar con muestras muy limpias, y luego se puede terminar de eliminar la suciedad en Photoshop.

Los objetivos son de microscopio

Para conseguir estos aumentos suelo emplear objetivos de microscopio acoplados a la cámara (aunque no todos sirven para fotografía) mediante un fuelle, entre cámara y objetivo. Hay que emplear objetivos que estén muy corregidos frente a ciertos defectos ópticos, ya que, con esta
técnica, cualquier defecto se amplificaría o se haría mucho más evidente.

Las fotos de la hormiga y la polilla están hechas con objetivos de 4 y 10 x, y cada imagen está compuesta por entre 200 y 500 fotografías apiladas.

Hay que colocar al modelo en una buena pose

Es fundamental la composición: colocar bien el sujeto, la perspectiva, la inclinación y, sobre todo, la luz, antes de comenzar el proceso. Esto es algo complicado, ya que a través de la cámara nunca vemos la foto completa, solamente pequeñas zonas enfocadas (por lo que he dicho de la profundidad de campo) y tenemos que “imaginarnos” cómo será el resultado final. Aunque, como todo en esta vida, es cuestión de práctica.

Que sea científica, pero también que sea bonita

Además de querer mostrar algo para fines científicos o divulgativos, para mi es muy importante el aspecto estético, ya que la fotografía, aunque sea científica, no deja de ser un arte. Elijo los colores que considero más apropiados para el fondo y edito las fotos para conseguir una armonía de color, que la foto sea llamativa pero armónica, con personalidad propia.  En general, me apasionan las combinaciones de colores, y trato de dar a las imágenes mi toque personal mediante el color. Me inspiro mucho en los atardeceres, la naturaleza, y en general siempre intento prestar atención a las combinaciones de colores que me rodean.

Un último detalle que no te va a gustar

Para poder tomar fotos de insectos con este nivel de detalle, tienen que estar muertos. También puede hacerse macro con bichos vivos, pero no con tantos aumentos y definición.

En el caso de la hormiga, se la encontró mi sobrina Ana flotando en la piscina el verano pasado mientras nos bañábamos, así que la recogimos y luego le hice las fotos. Las polillas me las dio un primo de mi novio, que tiene una colección de entomología que le regalaron en la facultad de Ciencias (Universidad de Granada).