El pingüino rey (Aptenodytes patagonicus) es el segundo pingüino más grande del mundo después del pingüino emperador (Aptenodytes forsteri). Llega a medir un metro de altura y vive unos 30 años. Se agrupan en colonias que pueden contar con hasta 200.000 individuos, pero el cambio climático les está afectando gravemente y se especula que de los más de 2 millones de pingüinos rey, el 70% desaparezca en menos de 80 años.

Esto ha llevado a que se conviertan en un importante objeto de estudio. Solo hay un problema: sus deposiciones, su materia fecal…vamos, su caca, emite cantidades tan copiosas de óxido nitroso (conocido también como gas de la risa) que muchos investigadores están sufriendo las consecuencias según un reciente estudio científico

«El guano de pingüino – explica Bo Elberling, líder del estudio – produce niveles significativamente altos de óxido nitroso alrededor de sus colonias. Además de ser nocivo para el clima, el óxido nitroso tiene un efecto muy similar al gas sedante de la risa utilizado antiguamente por dentistas. Después de husmear en el guano por varias horas, uno se vuelve completamente loco. Comienza a sentirse enfermo y tiene dolor de cabeza”.

El óxido nitroso (300 veces más contaminante para el medio ambiente que el dióxido de carbono) en la materia fecal de los pingüinos está relacionado con su dieta de kril y pescado, que contienen altos niveles de nitrógeno. Las heces de los pingüinos liberan nitrógeno en el suelo y las bacterias allí presentes lo convierten en óxido nitroso, un gas de efecto invernadero.

“Si bien las emisiones de óxido nitroso en este caso no son suficientes para afectar el presupuesto energético global de la Tierra – concluye Elberling –, nuestros hallazgos contribuyen a un nuevo conocimiento sobre cómo las colonias de pingüinos afectan el medio ambiente, lo cual es importante porque sus colonias se están extendiendo cada vez más” .