El pasado 16 de junio nació la primera cría de bisonte europeo, una especie en peligro de extinción, en la Reserva «Valle del Bisonte» en Riaño (León). Arend de Haas, cofundador de la reserva habla con Quo sobre su trabajo.
El bisonte europeo es una especie en peligro de extinción. El nuevo nacimiento de una cría en la reserva española Valle del Bisonte es una esperanza para la supervivencia de este animal. La cría ha nacido en unas condiciones salvajes sin precedentes, muy similares a las de hace 12.000 años, cuando el bisonte europeo vivía libremente en las mismas montañas de este valle.
El ecólogo Arend de Haas, uno de los fundadores de la reserva, ha hablado con Quo para relatar cómo están siendo los primeros días de vida de la cría y explicar la relevancia de su trabajo.
Este año ha sido muy importante para la Fundación, ha nacido la primera cría de bisonte después de tres años desde el nacimiento de la Reserva. ¿Habéis intervenido en el proceso consiguiendo que la madre bisonte se quedase embarazada o ha sido un proceso completamente natural?
Sí, este ha sido un momento muy emocionante, tanto para la Reserva como la hembra de bisonte, que se ha convertido en madre por primera vez. Nosotros no tuvimos que intervenir en ningún aspecto. Cuando llegó el momento de dar a luz, la hembra dejó la manada para encontrar un lugar seguro en un refugio de arbustos. Allí nació la cría. Cuando fue lo suficientemente fuerte como para unirse a la manada, volvieron y abandonaron el lugar. Cuando nacen, las crías de bisonte son demasiado pequeñas para estar cerca del resto de la manada.
¿Cómo han sido estos estos primeros días de vida de la cría? ¿Y de la madre?
La madre está cuidando muy bien de la cría, protegiéndola de otros animales y humanos. La amamanta durante todo el día. Normalmente, los terneros de bisonte maman durante siete u ocho meses. Sin embargo, si la madre bisonte no se vuelve a quedar embarazada durante ese periodo, la lactancia se puede extender hasta los 12 meses o, en casos más raros, hasta los 18 meses. Si la cría es hembra, suele establecer fuertes lazos con su madre, y, a menudo, permanecen juntas en la misma manada.
Las hembras son muy protectoras con las crías. ¿Cómo habéis podido comprobar el estado de salud de la cría sin alterarlas?
Sí, los bisontes pueden ser muy protectores. No sólo la madre la protege, todos los miembros de la manada también se ocupan del ternero. Pero cuando la hembra y la cría están en terreno abierto, les podemos observar y monitorear muy bien desde la distancia. Controlamos su estado de salud y bienestar a través de un índice de su condición corporal. Mediante este método podemos tener una visión general de su estado a largo plazo.
¿La madre de la pequeña cría es la única hembra de bisonte de la reserva? ¿Tenéis esperanzas de que la manada siga creciendo pronto?
Por el momento hay otra bisonte hembra en la reserva. Añadiremos más hembras a la manada en octubre de este año y en la primavera de 2021. Esto es necesario para tener una población de bisontes genéticamente saludables. Nosotros analizamos y monitorizamos de cerca el linaje de los bisontes de nuestra reserva. Incluso intercambiamos bisontes con otras reservas para aumentar la variabilidad genética. Los bisontes son particularmente vulnerables en este sentido porque han estado casi extintos y todos los que viven actualmente son descendientes de sólo 12 bisontes supervivientes.
Vuestra fundación protege al bisonte europeo. ¿Dónde vivían antes los bisontes de la Fundación Valle del Bisonte?
El bisonte es una de las especies que protegemos en la fundación. Es un animal al que podemos englobar dentro del grupo de especies clave. Este tipo de animales, como el elefante en África, son fundamentales para la supervivencia de las otras especies que viven en su ecosistema. Sin ellos, su ecosistema no podría sobrevivir. Influyen de manera significativa en el en la vegetación y en el paisaje a través de patrones de pastoreo y movimiento. También esparcen semillas mediante su piel y su estiercol, aumentando así la biodiversidad.
Los bisontes que se encuentran el el Valle del Bisonte provienen de reservas y parques del Reino Unido y Escocia, como por ejemplo, del Highland Wildlife Park, en el norte de Escocia.
¿Por qué elegisteis Riaño, en España, como localización para situar la reserva?
La fundación True Nature, a la que pertenece la reserva, apoya la restauración y conservación ecológica, beneficiando tanto a las personas como al medio ambiente. Establecemos acuerdos de colaboración con las asociaciones y autoridades locales con el objetivo de crear capacidad local para la conservación de la diversidad biológica y el ecoturismo. Otro de nuestros objetivos es el desarrollo rural a través mejorar la naturaleza. Con todo ello, también se han creado muchos empleos directos e indirectos en la zona así como oportunidades de negocio.
Los caballos Potokkas son, junto a los bisontes, los otros animales que podemos encontrar en la reserva. ¿Su población ha aumentado desde que viven allí? ¿Dónde vivían ellos antes de estar en la reserva?
Los caballos Pottoka son una rara raza de los caballos llamados «primitivos». Por tanto, tienen muchas características heredadas directamente del caballo salvaje europeo, llamado en ocasiones «Tarpan». La escritora, etóloga equina y domadora Lucy Rees fue quien nos proporcionó nuestra primera manada de caballos Pottokas. Ella gestiona una hermosa reserva de estos caballos cerca de Piornal, en Extremadura. Desde que introdujimos a los caballos en nuestra reserva, hace ya tres años, se han ido adaptando excepcionalmente bien y la manada ha crecido con seis potros. Viven salvajes y libres. Además, contar con ellos es una excelente oportunidad para que científicos y estudiantes realicen investigaciones conductuales y ecológicas.
Los depredadores naturales de estos animales, como los lobos, están a punto de extinguirse. ¿Cuál es la relevancia de preservar bisontes y caballos salvajes para el ecosistema?
El Valle de Anciles, donde se encuentra nuestra reserva, es uno de los ecosistemas más completos de Europa. Tiene grandes herbívoros como el bisonte y el caballo salvaje, pero también pasan por el valle ciervos, gamuzas, cabras montesas, jabalíes y, de hecho, depredadores como los lobos y los osos también pasan por el valle de vez en cuando. A través de su impacto en la vegetación, el bisonte y el caballo crean una nueva y mayor diversidad del hábitat que atraerá a más insectos. Estos insectos atraerán más aves y mamíferos quienes, a su vez, atraerán depredadores más grandes. Además, están contribuyendo a reducir los riesgos de incendios forestales, a la vez que ayudan a la biomasa leñosa a acumularse. Así es como estos grandes herbívoros ayudan a combatir el cambio climático a escala local y global.
Ia recreación del antiguo ecosistemas con bisontes europeos y Tarpanes, no a impresionado, pudimos disfrutar toda la familia. Sería también una buena idea traer a la reserva un grupo de RENOS y Bueyes Almizcleros. Un saludo.