¿Cuántos de tus 500 amigos de Facebook son realmente tus amigos? Las relaciones entre seres humanos se vuelven menos intensas en las poblaciones grandes, y parece que lo mismo ocurre con nuestros primos los gorilas.
Los gorilas de montaña son una de las dos subespecies de gorilas orientales, y uno de los primates más cercanos genéticamente al ser humano. Su estructura social es estable y se basa en grupos familiares formados por un macho dominante (llamado «espalda plateada» por el color encanecido del pelo de su espalda), un macho adulto subordinado, varias hembras y crías.
Sólo quedan dos poblaciones de gorilas de montaña en libertad: una en las montañas Virunga (África Central) y otra en la Selva de Bwindi (Uganda). Normalmente viven en grupos de 12 a 20 miembros pero se han encontrado casos de grupos de hasta 65 miembros.
Durante 12 años, los investigadores de la Universidad de Exeter (Reino Unido), en colaboración con Fossey Foundation, han analizado datos acerca del comportamiento de 13 grupos de gorilas del Parque Nacional de los Volcanes de Ruanda. En el parque se han formado en los últimos años grupos inusualmente grandes, quizá porque el número de gorilas total ha aumentado.
En los grupos de gorilas con muchos miembros hay relaciones fuertes pero son pocas en proporción a las relaciones totales que tienen
Los científicos concluyeron en el estudio que cuantos más miembros había en el grupo, menos relaciones cercanas entablaban los gorilas a lo largo de su vida. «A menudo se asume que los animales que viven en grupos más grandes tendrán vidas sociales más diversas y complejas», indica la Dra. Robin Morrison, autora del estudio, pero sus observaciones indican que esto no se cumple.
En los grupos grandes de gorilas donde se producen más interacciones sociales, la mayoría de estás son interacciones débiles. Siguen existiendo relaciones fuertes en los grupos grandes, pero menos en proporción a las relaciones totales.
Según los científicos esto puede deberse a que los gorilas no tienen suficiente tiempo y energía mental para mantener tantas relaciones con la misma fuerza. «Mantienen sus relaciones clave y tienen lazos débiles con los demás gorilas del grupo», afirma la Dra. Morrison.
«Comprender cómo se relacionan los gorilas ayuda a su conservación porque podremos prevenir la propagación de enfermedades entre ellos», Dra Tara Stoinski, coautora del estudio
En la mayoría de los primates la interacción social se mide por el tiempo que pasan acicalándose unos a otros. En el caso de los gorilas es diferente, pasan menos tiempo acicalándose que el resto de primates. Por tanto, los investigadores han medido sus interacciones según al lado de quién eligen sentarse.
Las relaciones sociales también varían dependiendo de la edad y del sexo de los gorilas. Cuando son jóvenes, tanto machos como hembras tienen más relaciones sociales que cuando son adolescentes o adultos. Las relaciones que mantienen las hembras permanecen constantes durante la adolescencia y la edad adulta, mientras que entre los machos disminuyen de forma drástica en cuanto ingresan en la adolescencia, aunque vuelven a aumentar cuando son adultos.
Es muy probable que los gorilas contrajeran el COVID-19 si estuvieran expuestos a él
Cuando los machos entran en la adolescencia deben decidir si abandonan el grupo donde nacieron o se quedan. Esto puede explicar por qué disminuyen en este momento sus relaciones sociales, ya que puede que decidan distanciarse del grupo antes de su partida. Aproximadamente la mitad decide irse. Después de esa decisión es cuando sus relaciones sociales experimentan un aumento gradual, sea en el grupo de origen o en el nuevo que elijan.
El estudio también es importante para la conservación de esta especie. “Al comprender mejor estas relaciones sociales, podemos comprender mejor cómo se propagarían las enfermedades a través de estos grupos sociales», indica la Dra. Tara Stoinski, coautora del estudio. “Esto es realmente importante para los gorilas de montaña, porque las enfermedades son una de las principales amenazas para su conservación. Contraen muchas de las mismas enfermedades que los humanos, incluido el ébola, y es muy probable que también contrajeran el COVID-19 si estuvieran expuestos a él «.
REFERENCIAS