Las personas que sienten apego a entornos naturales ven satisfechas tres necesidades psicológicas del ser humano: autonomía, competencia y conexión

El investigador Adam C. Landon y su equipo han publicado un estudio en el que han comprobado que estar en contacto con la naturaleza ayuda a satisfacer las tres necesidades básicas de la personalidad humana: autonomía, competencia y conexión, y hace que las personas estén más motivadas para conseguir sus objetivos.

Los psicólogos Edward L. Deci y Richard M. Ryan publicaron en 1985 un libro titulado «Motivación intrínseca y autodeterminación en el comportamiento humano» donde exponían su teoría sobre la motivación y el crecimiento llamada «Teoría de la autodeterminación».

Según la teoría de la autodeterminación, las personas están motivadas a cambiar cuando se cubren ciertas necesidades psicológicas innatas. Distinguen entre dos tipos de motivaciones, intrínsecas y extrínsecas, pero en su estudio se centran en la primera de ellas. La motivación intrínseca se divide en tres necesidades psicológicas innatas que llevan al ser humano a crecer: necesidad de competencia, de conexión y de autonomía.

  • Competencia:  es la necesidad innata de dominar tareas y aprender habilidades.
  • Conexión: la necesidad de tener un sentimiento de pertenencia y apego.
  • Autonomía: las personas necesitan ser dueñas de sus propios objetivos y comportamientos, controlar su propia vida.

Según la teoría de la autodeterminación, cuando las personas consiguen estas tres cosas, están motivadas para crecer y perseguir sus instereses.

Estar en contacto con la naturaleza ayuda al óptimo funcionamiento psicológico

Precisamente el estudio de Landon se apoya en esta teoría. Participaron 795 estadounidenses que recientemente habían visitado algún entorno natural. Primero se les dijo que pensaran en un sitio de naturaleza que fuera especial para ellos y se les hicieron preguntas para evaluar el nivel de apego que tenían hacia él. Con ellas se evaluaba la necesidad de conexión.

Algunas respuestas fueron «siento un fuerte sentido de pertenencia a esa zona natural especial», «me identifico con esta zona natural», «no me imagino un lugar mejor para hacer las cosas que me gustan que este sitio en la naturaleza» o «me siento conectado con las personas con las que interactúo mientras visito mi área natural especial”.

En segundo lugar se les pregunto sobre si la zona natural elegida les proporcionaba autonomía y una de las respuestas fue «me siento libre al visitar esta zona natural especial a mi manera». Por último se les hicieron preguntas para comprobar si visitar el entorno natural satisfacía sus necesidades de competencia y una de las respuestas más repetidas fue, por ejemplo, «siento que puedo completar actividades que me desafían cuando visito esta zona natural».

La dimensión que más se vio reforzada al visitar entornos naturales fue la de conexión, por ejemplo al realizar actividades en grupo

“La importancia que las personas atribuyen a un espacio físico es, en parte, el resultado de que ese espacio apoya sus necesidades psicológicas de sentirse conectados con otras personas y experimentar sentimientos de competencia y autonomía”, indica Landon.

La dimensión que más se vio reforzada al visitar entornos naturales fue la de conexión. Algunas personas pueden buscar en la naturaleza un momento de soledad pero la mayoría, según Landon, recurren a los entornos naturales para hacer actividades en grupo. Este tipo de deportes al aire libre puede hacer que se forme una comunidad de personas con intereses afines que refuercen esa necesidad de conexión.

Con este estudio se establece la relación entre el desarrollo de apego a un lugar y la satisfacción de las necesidades psicológicas básicas. Landon indica que este estudio puede servir de base para analizar la posible satisfacción de estas necesidades en otros contextos fuera de la naturaleza.

REFERENCIAS

Psychological Needs Satisfaction and Attachment to Natural Landscapes

¿Qué recuerdan las plantas?