Las conocidas como auroras boreales, en el hemisferio norte, y auroras australes, en el hemisferio sur, son uno de los espectáculos naturales más impresionantes que existen.
Texto de @MarGomez. Doctora en Físicas. Responsable del área de meteorología de @eltiempoes
Las auroras polares se producen por la interacción de las partículas solares – viento solar- con el campo magnético de la Tierra, en concreto con la capa conocida como magnetosfera.
Lo más común es poder verlas en las regiones polares, alrededor de los polos magnéticos terrestres y donde la magnetosfera es más débil. Los cinturones de Van Allen -dos zonas de esta capa donde se concentran grandes cantidades de partículas cargadas de alta energía- son más débiles en las regiones polares. De este modo, las partículas solares pueden penetrar de forma más fácil en nuestra atmósfera y crear las famosas auroras polares.
Los colores se atribuyen a la excitación de los átomos presentes en la atmósfera. Cuando el viento solar interacciona con el oxígeno se crean colores verdosos y amarillos; cuando lo hace con el nitrógeno se generan tonos azules y la mezcla de estos colores da lugar a los rosas y blancos.