Las crías de foca son de los pocos mamíferos capaces de cambiar el tono de voz y ayudan a resolver el misterio de la evolución del habla humana

¿Cómo aprendimos los seres humanos a hablar? ¿Cómo evolucionó el lenguaje a partir de los primeros sonidos de nuestra especie?

Estudiar como se comunican los animales puede dar pistas sobre las primeras palabras humanas. Un reciente estudio del aullido en la selva de los orangutanes, ayudaba a explicar cómo evolucionaron los sonidos, hasta convertirse en palabras, en función del recorrido que tiene que hacer la llamada. En el caso de los orangutanes, el sonido que prevalece es aquel que se identifica mejor a larga distancia.

El lenguaje humano pudo aparecer hace más de 50.000 años en África, y tuvo una evolución, a partir de unos primeros sonidos que podrían parecerse a la forma de comunicación de otras especies.

El nuevo estudio dirigido por Andrea Ravignani del Instituto Max Planck de Psicolingüística en los Países Bajos, y publicado en Philosophical Transactions B, indaga en la modulación del tono de voz cuando hay ruido ambiente. Y han encontrado que las crías de foca lo emplean tal y como lo hacemos los humanos.

En este vídeo del Centro de Rescate de Mamíferos Marinos en Estados Unidos podemos escuchar los sonidos que produce una cría de foca.

Las crías de foca bajan el tono para mostrar su individualidad

Para esta investigación observaron ocho crías de foca común, de entre una y tres semanas de edad en el Centro de Investigación y Rehabilitación de Focas en Pieterburen, Países Bajos. El objetivo era saber cuándo adaptan sus voces de acuerdo a los sonidos de su entorno. Al finalizar el experimento fueron liberadas.

Les pusieron audios del mar de Wadden, en la cosa holandesa, con tres grados de volumen diferentes, desde cero a 65 decibelios. No había agua en la piscina, para evitar interferencias.

Los investigadores vieron que las crías bajaban voluntariamente su tono cuando escuchaban sonidos más intensos en lugar de elevarlo para competir con el ruido. Indicaron que esto significa que los cachorros tienen flexibilidad vocal o la capacidad de cambiar el tono vocal como lo hacemos los humanos.

Determinan que los animales que cambian de tono tienden a levantar la voz de forma reflexiva para combatir los ruidos fuertes, un fenómeno llamado efecto Lombard. Los humanos también lo hacemos cuando discutimos con alguien o estamos hablando en un entorno confuso.

Los humanos podemos rechazar el efecto Lombard una vez que nos damos cuenta y elegir un tono adecuado para cada situación. El equipo de Ravinani se dio cuenta de que las crías de foca hacían precisamente eso.

¿Por qué bajan el tono cuando hay tanto ruido? El estudio dice que los tonos más bajos se propagan mejor con el viento, lo que ayuda a que el sonido viaje a mayores distancias. Otra razón del equipo es que las crías de foca lo hacen como una forma de expresarse y mostrar su individualidad.

Sin embargo, los científicos notaron que una cría de foca levantó la voz cuando se expuso a un volumen más alto, mientras que las demás bajaron la suya. El documento afirma que no pueden descartar que las crías de foca aumenten la amplitud de sus vocalizaciones como respuesta al ruido.

Controla tus órganos vocales para hablar y cantar mejor

Para que un animal tenga flexibilidad vocal, su cerebro debe comunicarse de alguna manera con el centro productor de sonido del cuerpo o laringe. La capacidad humana para hablar y cantar depende del control que tengamos sobre los órganos vocales. Especialmente nuestra laringe y cuerdas vocales, señala el informe.

Ravignani cree que “demostrar que las crías de foca hacen, de manera espontánea y sin entrenamiento, lo que nuestro pariente vivo más cercano, los chimpancés, no pueden hacer, incluso después de años de entrenamiento, es absolutamente asombroso”.

Si nos ponemos la mano en la garganta mientras decimos ‘a’, la vibración que sientes es que tus cuerdas vocales vibran unas 100 veces por segundo. Si no tuviéramos el control sobre la producción de sonido, el lenguaje hablado sería imposible, incluyendo el aprendizaje de nuevos sonidos durante la infancia, explica Ravignani.

Sabemos el caos que forman a veces los niños cuando empiezan a pronunciar sus primeras palabras que luego se convierten en frases coherentes y pensamientos organizados y distintos. Pero todavía se debate cómo se produce toda la evolución. Así que estudiar cómo las focas afinan sus tonos podría ayudar a resolver el misterio de los patrones del habla humana, apuntan los investigadores.

REFERENCIA

Vocal plasticity in harbour seal pups

Study counters ‘cradle of language’ theory