Los crustáceos microscópicos dan una medida del daño que produce la luz artificial cuando penetra bajo la superficie de los mares y océanos 

La contaminación lumínica producida por la luz artificial se extiende también a los mares y océanos. Las áreas costeras se van desarrollando cada vez más, y la luz artificial que atraviesa la superficie del agua por la noche puede tener impactos negativos en el medio marino. A esta luz artificial se le llama ALAN, que son las siglas en inglés de Artificial Light At Night (luz artificial nocturna).

Los efectos de la contaminación lumínica en el cielo nocturno, la astronomía y los ecosistemas terrestres habían sido ya bien estudiados, pero hasta ahora los investigadores no conocían la extensión de ALAN en los océanos.

El Consejo de Investigación del Medio Ambiente Natural del Reino Unido (NERC) ha financiado un estudio para crear un mapa de las áreas del océano más afectadas por la contaminación lumínica. El resultado muestra que hasta 1,9 millones de kilómetros cuadrados de aguas costeras del mundo están expuestos a niveles biológicamente significativos de ALAN.

Los impactos biológicos de la luz artificial en el mar

La luz artificial puede penetrar hasta 100 metros de profundidad bajo la superficie, alterando los ritmos de migración y alimentación de los organismos marinos, especialmente del zooplancton, afectando a todo el ecosistema.  Los investigadores han combinado varias técnicas, como el modelado por ordenador, tecnología satelital y observaciones in situ en el río Tamar, al suroeste de Gran Bretaña. Así pudieron construir una imagen de las áreas costeras del océano expuestas a ALAN por la noche.

ALAN

Impacto de ALAN y profundidad crítica en el agua en el Golfo Pérsico y el Mar del Norte. Fuente: Elementa: Science of the Anthropocene

Para medir la luz artificial de los océanos, el estudio utilizó la sensibilidad a la luz de los copépodos, un crustáceo microscópico, como medida para averiguar la profundidad de penetración de la luz. Es importante conocer cómo afectan los niveles de luz a los organismos marinos, además de otros impactos de la contaminación de origen humano sobre estas criaturas.

copepodo

Un copépodo

El autor principal de la investigación, Thomas Davies, dijo que el alcance de la contaminación lumínica artificial en la Tierra se conoce desde hace muchos años. Algunas personas pueden pensar que esta luz no penetra en los océanos, pero lo hace, y en cantidades suficientes para causar impactos biológicos. Este atlas es el primero en cuantificar la extensión de ALAN en los océanos. La gravedad del problema en ciertas regiones, incluido el Mediterráneo, el golfo Pérsico y el mar de China Meridional, es muy alarmante.

Muchas especies marinas están acostumbradas a los cambios de luz que ocurren a lo largo del día, de las estaciones y con el ciclo lunar de forma natural. Sin embargo, la luz artificial costera puede dispersarse mucho hacia las profundidades del mar y es bastante diferente a la de la luna y del sol.

Dos millones de kilómetros cuadrados de océano, expuestos a ALAN

El nuevo atlas global de ALAN bajo el mar indica que, a una profundidad de un metro, 1,9 millones de kilómetros cuadrados de océano costero están expuestos a ALAN biológicamente significativos, es decir, alrededor del 3,1% de las zonas económicas exclusivas globales (ZEE). A diez metros de profundidad, 1,6 millones de kilómetros cuadrados están expuestos, 2,7%, y a 20 metros de profundidad, 840.000 kilómetros cuadrados, 1,4%.

En el artículo han participado investigadores de la Universidad de Plymouth, el Laboratorio Marino de Plymouth, la Universidad de Strathclyde, la Universidad del Ártico de Noruega, la Universidad Bar-Ilan, el Instituto Interuniversitario de Ciencias Marinas de Eilat y el Colegio Académico Beit Berl.

Otro de los autores, Tim Smyth, explicó que la creación de este atlas nos muestra cómo de extendido está el problema de la luz artificial en nuestros mares costeros por la noche. Todavía se necesita mucha investigación para comprender los efectos específicos en los organismos marinos, la naturaleza espectral exacta de esta contaminación lumínica y cómo cambia según las estaciones o las mareas, por ejemplo. Pero reconocer su presencia global de esta manera es un gran paso adelante en la comprensión de ALAN y sus consecuencias para los océanos.

REFERENCIA

A global atlas of artificial light at night under the sea

Foto principal: NASA