Es posible que hayas oído que la exposición a la luz azul puede alterar la melatonina y con ello tu sueño, pero resulta que también es perjudicial para la fauna

La investigadora de la Universidad de La Trobe, Alicia Dimovski, en Australia, está dedicada a estudiar cómo la exposición a la luz afecta a los ualabíes, una especie de marsupial parecida a un pequeño canguro.

Para su experimento, expuso a los animales a luces LED dentro de un recinto, mientras en un segundo recinto puso luces LED con bloqueo de la luz azul, como el «modo nocturno» del teléfono o el ordenador portátil. En un tercer recinto, los ualabíes estaban en una oscuridad natural. Después de diez semanas, Dimovski tomó muestras de sangre para analizar los niveles de melatonina de los ualabíes. Los resultados son contundentes.

La hormona de la oscuridad

Al igual que nosotros, los ualabíes dependen de la hormona melatonina para descansar bien por la noche. El nivel de melatonina que se produce en nuestro cuerpo está regulado por una proteína sensible a la luz en nuestros ojos llamada melanopsina. Cuando determinadas longitudes de onda de la luz inciden en la melanopsina, ésta suprime la producción de melatonina. Se ha visto que la reducción de los niveles de melatonina en la sangre por la luz artificial podría alterar el ciclo natural de sueño y vigilia de nuestro cuerpo.

La melatonina también es importante para el sistema inmunitario. En los mamíferos, la melatonina actúa como antioxidante, capturando los radicales libres. A pesar de su potencial para dañar el ADN y las células, el cuerpo es capaz de neutralizarlos y mantener sus niveles bajos. Sin embargo, cuando tenemos una infección, la respuesta inmunitaria del cuerpo puede provocar un aumento de los radicales libres. Sin la melatonina, este aumento de los radicales libres puede causar estrés oxidativo, lo que aumenta la inflamación.

La luz azul

No todas las luces son inguales, ni activan por igual la melanopsina. La luz azul con una longitud de onda entre 420-440 nanómetros es activa la melanopsina en mayor medida, y por tanto, reduce la melatonina.

Como ha ocurrido en muchos países, en 2009, el Gobierno australiano empezó a eliminar las bombillas incandescentes para sustituirlas por alternativas de bajo consumo, como los LED. Desde entonces, los LED se han convertido en la principal fuente de luz de los hogares, las empresas y las farolas australianas. Por desgracia, las bombillas de bajo consumo están causando problemas de salud a la fauna nocturna.

Las luces LED de color blanco frío causan problemas porque contienen una gran cantidad de luz azul. Sin embargo, los investigadores comprobaron que al exponer a los ualabíes a luz LED ámbar, tenían niveles de melatonina iguales a los de los ualabíes que estaban en la oscuridad natural.

Además del sueño, el nivel cambiante de luz a lo largo de las cuatro estaciones del año es un temporizador para procesos vitales como la reproducción. Los ualabíes tammar tienen una época de celo y dependen de este reloj biológico para asegurar que los nacimientos se produzcan cuando hay suficiente comida para criar a sus hijos. Esto quiere decir que incluso niveles muy bajos de contaminación lumínica pueden perturbar la vida salvaje.

Estos descubrimientos indican la importancia de instalar fuentes de luz LED cálida en el alumbrado de las calles. La fauna silvestre lo agradecerá.