BMW contribuye a crear en Torredembarra (Tarragona) un arrecife natural con roca del Mioceno. En él ya habitan 260 especies. El lugar se está convirtiendo en centro de interés para el buceo científico.

En Torredembarra, Tarragona, los suelos marinos eran arenosos. Faltaba un hábitat natural que permitiera la conservación de biológica. Ahora, más de 260 especies viven allí gracias a la actuación de Natural Art Reef Association (NAR), en colaboración con BMW.

El proyecto es de esos que, esta vez sí, se merece el calificativo de faraónico porque se trataba de construir con roca viva una montaña submarina de 40.000 toneladas, es decir de fabricarla con una roca calcárea sumergida durante tiempo en el mar. La encontraron cerca, en El Vendrell, a escasos 20 km de Torredembarra. Allí hay una cantera que había estado sumergida durante el Mioceno, hace 20.000 años.

Va a ser que sí

Los científicos empezaron a vislumbrar que el proyecto era posible. Poco a poco, y con la ayuda de 1.600 camiones comenzaron a trasladar todo ese carbonato cálcico frente a las costas de Torredembarra. Hoy, Cataluña puede presumir de tener el mayor arrecife rocoso jamás construido en el mundo. 90 metros de largo, 60 de ancho y 22 de alto conforman este hábitat al que ha vuelto la vida.

Cataluña puede presumir de tener el mayor arrecife rocoso jamás construido en el mundo con 90 metros de largo, 60 de ancho y 22 de alto

Solo quedaba preservarlo para evitar que se erosionara con las anclas de los pescadores. La solución pasó por pedirle a BMW que apoyara la perimetración de este espacio con biotopos. Cada uno de ellos pesa 2.000 kilos y, distribuidos estratégicamente, permiten el anclaje de las embarcaciones de forma natural.

¿Qué pinta BMW en todo esto?

Recurrir a un fabricante de coches como BMW tuvo cierto sentido porque la marca lleva años apoyando la conservación del planeta y, de hecho, entre sus objetivos está alcanzar en 2050 un modelo de negocio climáticamente neutral en toda la cadena de valor. Esa apuesta por el planeta, por extraño que suene, pasa también por apoyar este tipo de iniciativas.

Ahora, este arrecife natural, que se ha realizado gracias a la iniciativa humana, es fuente de vida. Tanto, que se ha convertido en un reclamo turístico en la zona pero, casi más importante, en un punto de estudio para el buceo científico. En NAR organizan salidas para aquel que todo aquel que quiera participar y contribuir a la toma de datos. Es otra forma de conocer nuestros mares… que también contribuye a mantenerlos.