La psicóloga Fuschia Sirois sugiere varios trucos para evitar la procrastinación, un problema que sufren más del 50% de los estudiantes al realizar sus tareas
¿Sueles dejar para mañana lo que podrías haber hecho hoy? ¿Retrasas tus quehaceres hasta que no puedes más? Si has respondido afirmativamente a ambas preguntas tenemos noticias para ti: procrastinas de manera regular. Pero no te preocupes, no estas solo. El 20% de los adultos y más del 50% de los estudiantes también lo hacen. De hecho los científicos han descubierto que hasta las palomas también procrastinan.
La procrastinación se define como el retraso consciente, voluntario e innecesario de una tarea. Al contrario de lo que se cree, la procrastinación no es el resultado de una mala gestión del tiempo, sino que esta relacionado con la forma en la que se gestionan las emociones.
La doctora Fuschia Sirois es una investigadora de la Universidad de Sheffield que ha estudiando este tema durante 20 años. Sirois afirma que cuando una persona se enfrenta a una tarea estresante y exigente, se activa en su cerebro una región conocida como la amígdala, la parte que procesa las emociones y señala las amenazas. La amígdala desencadena la respuesta de «lucha o huida». La procrastinación está relacionada con la activación de la respuesta de «huída», en este caso, del trabajo.
Otro de los factores que afecta a la procrastinación es el pensamiento temporal. En muchas ocasiones nos cuesta imaginar a la versión futura de nosotros mismos y la concebimos como una persona completamente diferente. Es por ese motivo que contemplamos a nuestro «yo futuro» como otra persona a la que no nos importa tanto perjudicar dejándole el trabajo sin hacer. Otra opción es que lo veamos como un «superhéroe» que podrá con todas las tareas que no hemos hecho nosotros en el presente.
¿Cómo dejar de procrastinar?
Sirois propone algunas estrategias emocionales para escapar de la trampa de la procrastinación.
- Un truco es reducir la unidad de medida con la que estás midiendo el tiempo. De esta forma pensaremos que nos quedan 48 horas para entregar el trabajo en lugar de dos días. A medida que pasan las horas, la presión es más visible.
- Sioris también propone reducir la autoexigencia y aumentar la autocompasión. Para ello sostiene que realizar ejercicios de mindfulness y ejercicios que reduzcan la tendencia de juzgase a uno mismo con dureza.
- En su estudio Sioris hizo reflexionar a sus voluntarios sobre diferentes cuestiones antes de comenzar una tarea, por ejemplo cuáles eran sus objetivos, y de qué forma era importante cumplirlos para ellos. De esta forma comprobó que tras un breve periodo de reflexión sus voluntarios procrastinaban menos, ya que mejoraban la relación con ellos mismos y manejaban mejor las emociones negativas.
Además puedes encontrar aquí otros trucos clásicos para vencer la procrastinación.
La procrastinación provoca problemas de salud
La procrastinación también puede causar otros problemas. Las personas que tienen este hábito tienen mayores niveles de estrés y es más probable que tengan dolores de cabeza, problemas digestivos e insomnio.
La investigadora Sioris también ha descubierto que la procrastinación esta relacionada con enfermedades cardiovasculares. Las personas que son procrastinadores crónicos son más propensas a posponer comportamientos saludables como hacer ejercicio.
REFERENCIA
Procrastination and Stress: Exploring the Role of Self-compassion