La mente humana se transforma a partir de las 24.00h. El efecto se conoce como la hipótesis de «la mente a media noche» 

Inventar la luz permitió a los humanos conquistar un territorio que no le es propicio, el de la oscuridad de la noche. El organismo de nuestra especie está adaptado a vivir al amparo de la luz. Sin embargo, la noche es ya un espacio poblado. Vivimos despiertos más allá de las 12 campanadas, sin embargo, según desvelan en un artículo publicado en Frontiers in Network Physiology, a partir de ese momento el cerebro se transforma.

La hipótesis de La mente a media noche

La hipótesis sugiere que la mente humana se vuelve más susceptible a pensamientos negativos y a comportamientos destructivos después de la medianoche si está en estado de alerta. Se producen cambios en la cognición y el comportamiento,  se altera el procesamiento de recompensas, control de impulsos y procesamiento de información.

Suicidios, comportamientos violentos y adiciones

Por ejemplo, Michael L. Perlis, PhD, Profesor Asociado de Psicología en la Facultad de Medicina Perelman de UPenn y coautor de la hipótesis Mind After Midnight, descubrió que si ajusta la cantidad de personas que están despiertas en un momento dado , estadísticamente es más probable que ocurran suicidios durante las horas de la noche .

Los homicidios y los delitos violentos también son más frecuentes por la noche, al igual que los riesgos del uso ilícito o inadecuado de sustancias como el cannabis, el alcohol y los opioides.

La elección de alimentos durante la noche también tienden a ser poco saludables, ya que buscamos más carbohidratos, lípidos y alimentos procesados ​​y, a menudo, consumimos más calorías de las que necesitamos.

El reloj circadiano se desajusta y nos volvemos más pesimistas

La autora principal del estudio explica que la influencia circadiana en la actividad neuronal de nuestro cerebro cambia en el transcurso de 24 horas, lo que genera diferencias en la forma en que procesamos y respondemos al mundo.

La tendencia a ver la información bajo una luz positiva, está en su punto más alto durante la mañana, cuando las influencias circadianas están sintonizadas con la vigilia

Por ejemplo, el afecto positivo, la tendencia a ver la información bajo una luz positiva, está en su punto más alto durante la mañana, cuando las influencias circadianas están sintonizadas con la vigilia, y en su punto más bajo durante la noche, cuando las influencias circadianas están sintonizadas con el sueño.

Paralelamente, el afecto negativo: la tendencia a ver la información bajo una luz negativa o amenazadora es más alta durante la noche.

De repente, la visión del mundo se estrecha y se vuelve más negativa, comienza a tomar malas decisiones y es posible que el mapa mental que crea del mundo que lo rodea ya no coincida con la realidad.

Más dopamina, más riesgo

El cuerpo también produce naturalmente más dopamina por la noche, lo que puede alterar su sistema de recompensa y motivación y aumentar la probabilidad de participar en comportamientos de riesgo.

Los autores del estudio advierten que a día de hoy estas conclusiones son solo una hipótesis, pero recomiendan que se abra un abanico de estudios que tengan en cuenta el efecto biológico de la noche de un modo general.

REFERENCIA

The Mind After Midnight: Nocturnal Wakefulness, Behavioral Dysregulation, and Psychopathology