Un estudio con adultos que juegan a videojuegos comprueba que tienen una mejor función ejecutiva, la que nos permite fijar objetivos, planificar y hacer las cosas

Un nuevo estudio de la revista International Journal of Environmental Research and Public Health ha descubierto que los adultos jóvenes que juegan constantemente a videojuegos tienden a mejorar su funcionamiento ejecutivo, la función del cerebro que nos permite planificar y ejecutar los planes. El estudio comparó el rendimiento de los que juegan con frecuencia (11 horas semanales de media) y los jugadores ocasionales (1,5 horas semanales de media).

Al revisar el éxito en las pruebas de tiempo de reacción y toma de decisiones de los participantes, los jugadores experimentados tuvieron más éxito que los jugadores ocasionales. Estos resultados pueden aportar más pistas sobre cómo los videojuegos pueden mejorar el funcionamiento ejecutivo.

La popularidad de los videojuegos ha ido en aumento desde la década de 1980, cuando las videoconsolas se hicieron fácilmente accesibles. Hoy en día, los videojuegos son tan populares y relevantes que los institutos y las universidades incluyen equipos de deportes electrónicos entre sus actividades extraescolares.

Al principio, los investigadores se interesaron por las consecuencias negativas de los videojuegos. La violencia representada en muchos juegos se convirtió en el foco de preocupación. Sin embargo, los resultados de esta investigación no frenaron el interés del público por los videojuegos, y surgió un nuevo interés por las consecuencias positivas de los videojuegos.

Los investigadores de la Universidad de L’Aquila trataron de ampliar lo que se sabe sobre los aspectos positivos de los videojuegos evaluando el rendimiento de la atención y la toma de decisiones sin controlar el género del videojuego. Investigaciones anteriores se habían centrado en el tipo de videojuego jugado, no sólo en el acto de jugar en sí. El equipo de investigación planteó la hipótesis de que los jugadores experimentados, independientemente del tipo de videojuego que jugaran, obtendrían mejores resultados en las tareas de funcionamiento ejecutivo.

Los participantes eran estudiantes universitarios con una edad media de 23 años. Se les reclutó a través de folletos y de las redes sociales. Se presentaron 257, de los cuales 38 varones cumplían los criterios del estudio. La mitad de los participantes pertenecían al grupo de jugadores experimentados, y los 19 restantes eran jugadores ocasionales. Se invitó a los participantes a un laboratorio, donde se les sometió a evaluaciones informatizadas. Entre ellas se incluían varias evaluaciones de la atención, un juego de dados que imitaba una situación de apuestas de alto riesgo, una prueba de velocidad de toma de decisiones y una prueba de cambio de tareas.

Estas evaluaciones revelaron que los jugadores experimentados, independientemente del tipo de videojuego al que jugaran, estaban más alerta y eran más precisos y rápidos en las tareas de atención. También eran mucho mejores en la toma de decisiones. Los jugadores experimentados eran más rápidos y, al mismo tiempo, más precisos en una tarea que requería atención visual y vigilancia.

Al revés también ocurre. Las personas con un funcionamiento ejecutivo excelente tienen más probabilidades de jugar a muchos videojuegos.

Los resultados del estudio pueden ser un punto de partida útil para desarrollar nuevos protocolos de entrenamiento ejecutivo, basados e inspirados en videojuegos dedicados a poblaciones clínicas con deterioro cognitivo.

REFERENCIA

Videogaming frequency and executive skills in young adults