El VW Golf GTE híbrido y enchufable entra por la piel cuando se enciende el motor y las manos del conductor toman contacto con el volante. Esta nueva experiencia que han vivido los lectores de QUO ha sido única, nunca antes se había desarrollado un trabajo de estas características. Nada de todo esto habría sido posible sin las prestaciones técnicas del VW Golf GTE híbrido y enchufable, capaz de cinco modos de conducción distintos, con genes de GTI y posibilidad de rodar en eléctrico hasta 50 km y de alcanzar una potencia híbrida de 204 CV. Pieza clave también ha sido el papel que ha jugado Sekg, una empresa innovadora de análisis neuronal. El primer paso consistió en convocar a los lectores mediante las redes sociales. El modelo GTE representa una propuesta nueva que seduce al tacto nada más tocarlo. Para esta prueba hemos utilizado herramientas como imágenes en 3D del cerebro, bandas pectorales de frecuencia cardíaca, GPS de rastreo, medidores de la actividad electrodérmica y de la conductividad de la piel y otros sensores.

Emociones híbridas

Para llevar a cabo la prueba, elegimos como lugar del encuentro el circuito de Castellolí en Barcelona, complejo del motor que es referencia en toda Europa. Allí recreamos situaciones extremas como derrapes controlados, conducción sobre firmes deslizantes, slalom con conos y aceleración a fondo. “Estaría encantado de vivir las mismas sensaciones que los lectores de QUO a bordo del VW Golf GTE híbrido y enchufable”, comenta Aleix Canals, analista de Sekg. Fernando Ozores, Alba García y David Ereza pocas veces han vivido emociones sobre ruedas con tanta intensidad y en modo híbrido. Repetirían la experiencia sin dudarlo. “Conducir el Golf GTE me ha dejado asombrado”, dice Fernando Ozores.

Cómo se gestiona la actividad electrodérmica

La actividad electrodérmica (EDA) refleja los cambios emocionales que se producen en un individuo sea debido a la excitación o bien a la temperatura ambiental. Por ello, extraer conclusiones que sirvan para nuestro análisis de la piel ha requerido filtrar numerosos datos comparativos hasta lograr conclusiones definitivas.

«Tecnología con sentido práctico»

Ponerse al volante del VW Golf GTE híbrido y enchufable le ha provocado a Fernando Ozores, business development, de 41 años, más sorpresa de la esperada. “Nunca pensé que la tecnología podría hacerme sentir tan seguro”, explica Fernando. Desde la primera vuelta, los niveles de conductividad de la piel crecen de forma constante, pero dicho aumento se acelera cuando se pone en marcha el modo GTE. En el caso de este conductor, también se dispara el estrés en la zona de curvas deslizantes.

«Gran potencia híbrida al volante»

David Ereza, productor de eventos, de 36 años, también quedó impresionado con las prestaciones de este automóvil. Vivió su momento de mayor estrés cuando aceleraba. En la zona de frenada, incrementó su nivel de atención consciente,
aspecto que se interpreta como la necesidad de recuperar el control, de sentir seguridad en sus acciones. De los tres lectores, David es el que menos velocidad punta logra. La prueba que realiza le provoca un fuerte impacto emocional, la siente como memorable.

«Me han felicitado por mi conducción»

En el caso de Alba García, técnica de iluminación, de 24 años, se aprecia una gran activación electrodérmica desde el momento que toma contacto con el volante. A partir de ahí, dicha activación va en aumento constante. Siente la conducción y la disfruta, da igual que sea en modo eléctrico que en GTE. En el electrocardiograma se observa un pico de estrés al pasar por la recta de llegada, justo cuando le pedían conducir de forma más lenta, frenando, para poder sacarle una fotografía.