«La sangre, cuanto más fresca, mejor.” No lo dice un personaje de una película de vampiros, sino un médico: Brian McClelland, del Servicio Escocés de Transfusión Sanguínea. La razón científica es que el rendimiento de los hematíes cambia: “Los pacientes a los que les llegan transfusiones con sangre almacenada tienen peor evolución y datos de supervivencia que quienes la reciben fresca.”

Redacción QUO