Las cataratas, un problema ocular que nubla la visión y afecta a millones de personas en el mundo desarrollado cada año, se podrían eliminar de manera más rápida y limpia. Un nuevo método que une la precisión de corte de un “láser de femtosegundo” con una novedosa técnica de imagen tri-dimensional podría lograr este gran avance. Sus responsables, un equipo de científicos de varios centros y universidades estadounidenses liderados por Daniel Palanker, de la Universidad de Stanford, ofrece los detalles en un artículo de la revista Science Translational Medicine.
A diferencia de los rayos láser convencionales, que funden y hierven sus objetivos, los láser de femtosegundo operan en pulsaciones de luz cortas y de alta energía. Por ello, son capaces de transformar su objetivo en plasma que se disipa rápidamente, sin dañar el tejido de los bordes. Como resultado, el corte alrededor de la lente del ojo es más suave y preciso.
Por su parte, la otra técnica empleada, denominada tomografía de coherencia óptica, crea imágenes en tres dimensiones. Esta nueva tecnología toma ventaja de las ligeras variaciones de la dispersión de luz en diferentes tipos de tejido vivo. En cada persona la frontera entre la catarata y el resto del ojo sano es diferente. Gracias a este sistema, los investigadores mapean el ojo y dirigen el láser para que corte de manera circular alrededor de la catarata al tiempo que evita daño a su alrededor. Dado que los cortes con láser no perforan completamente la córnea, el procedimiento puede llevarse a cabo fuera de la sala de operaciones.
Los hallazgos podrían cambiar la manera en que se lleva a cabo la cirugía de cataratas. No obstante, sus responsables reconocen que aún no está claro si esta técnica mejorará la visión de pacientes en comparación con el procedimiento actual.
Para poner a prueba su nuevo método, los científicos utilizaron ojos de cerdo, de humanos de un banco de ojos y de conejos antes de probarlo en pacientes humanos. En los ojos humanos, la cirugía láser fue diez veces más precisa que el procedimiento convencional, según sus responsables, que esperan la aprobación para ensayos clínicos humanos más amplios.
Redacción QUO