Las válvulas se usan desde hace décadas para reparar el corazón, y ahora ya las hay para mejorar la respiración de las personas con enfisema pulmonar. Esta intervención pionera, que practican en la Clínica Universitaria de Navarra y en el Hospital de Bellvitge de Barcelona, consiste en colocar entre 6 y 11 válvulas en los alveolos enfermos. De esta forma se bloquea la entrada de aire a los lóbulos superiores del pulmón más dañados. Al impedirle el paso, este se redistribuye a las zonas sanas, con lo que se consigue mejorar la oxigenación de los pacientes. También se logra evitar la sobredistensión de los lóbulos enfermos, que produce sensación de ahogo, se reduce la hinchazón que presentan y los pulmones pueden expulsar el aire que estaba retenido.

[image id=»28921″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]

Redacción QUO