La conciencia por no tirar comida a la basura sin necesidad hace que cada vez nos planteemos hasta qué punto ciertos alimentos pueden comerse a pesar de estar un poco caducados o comenzando a ponerse malos. Y nos ocurre con algo tan común en nuestra dieta como es el pan del molde.

Os planteamos un ejemplo: estáis preparando un sándwich y sacas una pieza de pan del paquete. De repente descubres que en uno de los bordes hay un círculo de moho. ¿Qué haríais? ¿Cortaríais la parte que está mal y os comeríais el resto? ¿O tiraríais esa rebanada e incluso el resto de la bolsa a la basura?

Si os lo llevaríais a la boca cortándole la parte mohosa estaríais cometiendo un error. En el siguiente vídeo de «Science Insider» podéis descubrir el por qué de esta afirmación.

Al parecer, el moho es un tipo de hongo que se desarrolla al igual que lo haría una seta, es decir, que tiene numerosas raíces que se esparcen por debajo de la superficie y que no vemos. Por ello, a pesar de que parezca que solo hay una parte «enferma», en realidad está afectando a toda la rebanada. Incluso su composición mullida y porosa favorece a que este desarrollo sea mayor y más rápido.

Esporas del moho que puede aparecer en una rebanada de pan de molde.
Gregory G DimijianGetty Images

Además, el resto de rebanadas acabarían por infectarse también. Las esporas del moho pueden volar y trasladarse sin problemas dentro de la bolsa de plástico. Así que mejor, para evitar una posible intoxicación, mejor tirarlo todo a la basura. Como no queremos que eso suceda habitualmente, ya sabéis, hay que tener más controlado nuestros alimentos y conservarlos tal y como indican los envases.

Alberto Pascual García