La enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, popularmente conocida como el mal de las vacas locas, es un trastorno neurológico muy grave causado por unas proteínas llamadas priones. Y, ahora, un equipo de la Universidad de California, ha descubierto que el cerebro no es el único refugio de los priones. También pueden acomodarse en los ojos.
Aproximadamente la mitad de los pacientes de esta enfermedad sufren problemas de visión, que en muchos casos son uno de los primeros síntomas. Por eso, los investigadores analizaron los tejidos oculares de once pacientes muertos por esta causa, y descubrieron una abundante presencia de priones en todos ellos.
Conviene recordar que hay varias formas de contraer la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob. Una de ellas es por vía hereditaria. Pero también puede contraerse por comer carne de vacuno contaminada, o por vía quirúrgica. Los investigadores sospechan que las operaciones de trasplante de córnea podrían ser una vía para transmitir la infección.
Sea como sea, el descubrimiento sugiere que en las primeras fases de la enfermedad, los priones tienen a asentarse en los tejidos oculares, y que el examen de los mismos podría servir para realizar un diagnóstico temprano.
Fuente: scienceAlert.