Actualmente, la gran mayoría de wearables que funcionan como biosensores necesitan de baterías para proporcionarles energía. Pero ahora, un grupo de investigadores de la Universidad del Noroeste, en Illinois, ha logrado diseñar uno que no la necesita y que tan solo se sirve del sudor de las personas para dar respuesta a diferentes preguntas sobre el estado de salud de quien lo lleva pegado al cuerpo. Todo un hallazgo, ya que promete mejorar la relación de médico-paciente en casos en los que es necesario hacer un seguimiento continuo sin usar mucha tecnología invasiva o que entorpezca su recuperación.
Así lo describe el profesor John Rogers, un físico químico especializado en materiales: «Hemos desarrollado un laboratorio de análisis microfluídico muy fino, suave y que puede adaptarse a la superficie de la piel, donde captura minúsculas cantidades de sudor las analiza a través de biomarcadores clave relacionados con la salud fisiológica, el equilibrio electrolítico y el estado de hidratación del paciente. Solo con una pegatina, el paciente puede saber la pérdida de sudor, sus niveles de pH, de electrolitos y de glucosa en sangre… todos basados en el sudor».
Este biosensor funciona gracias a través de ondas de radio emitidas por otros dispositivos conectados alrededor, como las que pueda emitir un móvil. Además, no solo proporciona datos, sino que los envía a un servidor de forma constante para hacer un seguimiento real de la salud del paciente enfermo. Este proyecto no se va a quedar en un mero estudio, para ello han creado una startup llamada Epicore, que pueda servir de trampolín para este tipo de tecnologías que están desarrollando desde la universidad.
Fuente: Digital Trends
Alberto Pascual García