Tanto si estás en tu peso como si te sobra algún kilo, reducir moderadamente las calorías diarias da como resultado mejores niveles de colesterol, presión arterial, glucosa y otros marcadores. Así lo han observado investigadores en un grupo de adultos menores de 50 años que forman parte del proyecto en curso CALERIE, cuyo objetivo es evaluar los efectos a largo plazo de la reducción de ingesta de calorías.
El principal hallazgo del estudio es que no es solo la pérdida de peso lo que lleva a mejorar el estado de salud, sino un cambio metabólico más complejo en cuya base está consumir menos calorías de las que se van a gastar. Reducir 300 calorías en la dieta diaria no implica demasiado esfuerzo. A veces basta con resistir el picoteo o evitar el pan de la cena. Y los beneficios son notables, según explica William E. Kraus, cardiólogo y profesor de Medicina en la Universidad de Duke, además de autor principal del estudio.
A los participantes se les pidió que redujeran el 25% de calorías durante dos años, aunque el promedio se quedó en el 12%. Aun así, bajaron su peso un 10%, la mayor parte grasa. Además de las mejoras en los marcadores que miden el riesgo de enfermedad metabólica, después de dos años también mostraron una bajada considerable en la inflamación crónica, relacionada con enfermedades cardíacas, cáncer y deterioro cognitivo. Después de recopilar muestras de sangre, músculos y otro tipo de cultivos, los autores del estudio, que aparece publicado en The Lancet Diabetes&Endrocrinology, tratarán ahora de dar con esa molécula mágica responsable de tales cambios.