El contenido calórico de las comidas principales que se sirven en las cadenas de restaurantes internacionales es excesivo y solo una minoría cumple con las recomendaciones de salud pública. Esa es la conclusión de un estudio de la Universidad de Liverpool publicado en The BMJ.

Los autores del estudio, liderados por Eric Robinson, piden a la industria alimentaria que reduzca la cantidad de calorías en los productos alimenticios vendidos al público en general y solicitan el etiquetado obligatorio de todos los alimentos de los restaurantes.

La agencia nacional de salud pública de Inglaterra recomendó recientemente que las comidas del mediodía y las cenas no contengan más de 600 calorías (kcal) cada una. Pero mientras que el pobre contenido nutricional de la comida rápida ha sido bien estudiado, el contenido de energía de los restaurantes tradicionales ha recibido menos atención.

Para comprender mejor en qué medida los restaurantes contribuyen al consumo excesivo, los investigadores compararon el contenido calórico de las comidas de las principales cadenas de restaurantes de comida rápida y los menús de los tradicionales en diferentes países.

En el estudio, los investigadores, analizaron las calorías de 13.500 comidas principales de 27 grandes cadenas de restaurantes.

Los hallazgos mostraron un promedio de 751 kcal en los platos principales servidos por cadenas de comida rápida, y 1033 kcal en platos servidos por restaurantes tradicionales.

Solo una pequeña minoría de comidas cumplía con las recomendaciones de salud pública de 600 kcal, mientras que el 89% de los platos de os restaurantes tradicionales y el 83% de los platos de comida rápida estaban por encima de este límite.

«Solo una de cada diez de las comidas que examinamos podría considerarse que tenía una cantidad saludable de calorías – explica Robinson –. Aunque algunos de los resultados impactan, nuestros hallazgos probablemente subestiman la cantidad de calorías consumidas en los restaurantes porque nuestro análisis no incluyó bebidas, aperitivos, postres ni pedidos secundarios. Es realmente claro lo que debe hacer la industria alimentaria, necesita actuar de manera más responsable y reducir la cantidad de calorías que están sirviendo”.

Juan Scaliter