Uno de los grandes retos de la medicina sigue siendo devolver la movilidad a pacientes afectados con lesiones medulares u otras paraplejias ocasionadas por traumatismos, enfermedades congénitas como la espina bífida u otras causas. Si bien aún no se ha encontrado una solución para estas afecciones en el ser humano, un grupo de investigadores suizos ha logrado que ratas con paraplejia consigan volver a caminar, lo que supone un nuevo paso para encontrar nuevas y más efectivas formas de rehabilitación en seres humanos.

El estudio que ha sido publicado en la revista Science, demuestra como los roedores volvieron a caminar tras un tratamiento de neurorehabilitación combinado con un arnés robotizado (como puede verse en la fotografía superior) y estimulación electroquímica. Tras dos semanas de tratamiento, «las ratas no solo comenzaban voluntariamente a caminar, sino que podían también podían correr, subir escaleras y esquivar los distintos obstáculos que se les presentaban», explica en Science el coordinador del trabajo: Grégoire Courtine.

No es el primero, no obstante, que consigue devolver la movilidad de las extremidades traseras a un grupo de ratas, sino que la española Almudena Ramón, investigadora del CSIC, ya realizó una proeza similar en el año 2000 que fue publicada en la revista Neuron. En su caso la técnica fue mediante el transplante de células glía alojadas naturalmente en el bulbo olfatorio.

¿Cómo combinaron el tratamiento para que fuese efectivo?

En primer lugar, los investigadores suizos tomaron como referencia un grupo de rata que poseían lesiones medulares similares a las causantes de la paraplejia en humanos.

Para realizar la estimulación electroquímica, los científicos administraron fármacos a las ratas con el objetivo de activar las neuronas reemplazando la función de los neurotransmisores responsables de coordinar la movilidad de los miembros inferiores. Pasados de 10 a 20 minutos de la administración, los investigadores estimularon eléctricamente la médula con unos electrodos que habían sido implantados con anterioridad en la misma. De esta forma, el equipo consiguió reactivar las neuronas responsables de controlar las extremidades, en este caso traseras, de las ratas. Pero además, se consiguió una cosa más: preparar las neuronas para así lograr formar nuevas conexiones neuronales.

Tras esto, los investigadores equiparon a las ratas con una especie de «chaleco» el cual estaba conectado a un brazo robótico que servía de apoyo a los roedores. Una vez conectada al sistema que la ayudaría a andar, faltaba lo más importante: la golosina que ayudaría a la rata a iniciar la marcha de forma voluntaria. Y así ocurrió: sujetadas por el arnés al brazo robótico, los roedores consiguieron no solo controlar las patas traseras, sino, según pasaban los días del tratamiento, también subir escaleras, saltar, y realizar todas aquellas proezas necesarias para conseguir la golosina. Según Courtine, en datos: «Estamos hablando de una recuperación de la movilidad casi de un 100%«.

Una de las cosas que demuestra este estudio es que sería posible remodelar nuestro sistema de circuitos neuronales desde la médula hasta nuestro preciado cerebro. El coordinador del trabajo, Courtine, define esto como «nueva ontogenia» ya que es como vivir por segunda vez la fase de crecimiento de un recién nacido. También sugiere, que pronto una técnica parecida podría ayudar a recuperar la movilidad a personas afectadas con lesiones medulares. Un aliciente más para seguir investigando uno de los retos médicos más estudiados.

Redacción QUO