Podría ser una de esas historias de matrioska literaria, con un relato dentro de otro relato, con un misterio dentro de otro misterio. Setrata del caso de una mujer, RN, de 18 años. Nació sin dos dedos, y, recientemente, perdió la mano en un accidente de coche. A partir de ahí fue cuando apareció el «fantasma».RN empezó a sentir que su miembro perdido todavía estaba presente, y su cabeza reconstruyó una mano «fantasma» que a veces duele y a menudo trata de utilizar. Pero lo extraordinario (casi tanto como el síndrome del miembro fantasma, que ya tiene lo suyo) es que la mano invisible que ella siente como si fuera absolutamente real, está completa, tiene cinco dedos. Curiosamente, el pulgar y el índice (los dos que no tenía al nacer) se le representan de una tamaño más pequeño.
Su caso indica que nuestro cerebro contiene un mapa cerebral completo de nuestra imagen corporal, independientemente de cómo seamos por fuera. Es una extravagante metáfora sobre el equilibrio entre lo que somos y cómo nos vemos.
Matthew Longo, neurocientífico de la Universidad de Londres, explica que es un fascinante caso de estudio: «Sugiere que la experiencia consciente de nuestro cuerpo depende, al menos en parte, de la manera en que esté organizado nuestro cerebro, más que del resultado de mirarnos al espejo».
El caso de RN ha sido publicado en Neurocase, DOI: 10.1080/13554794.2011.55612
Redacción QUO