Sorprendentemente, los gérmenes no representan un problema. Las bacterias que causan enfermedades están en las aceras, pero que los pies las recojan no implica contraer infecciones.
«Las bacterias suelen penetrar en nuestro cuerpo por cavidades húmedas, como los ojos, la boca o los cortes», dice Howell. «Si tienes una herida abierta en el pie, solo tienes que vendarlo. O llevar un zapato. Los zapatos son herramientas que solo deberíamos utilizar si las necesitamos».
Redacción QUO