Hostigante. Una de las partes acosa al otro. Le persigue, le vigila cuando el otro no lo sabe, le insulta, le menosprecia…
Paranoide. Hay desconfianza. Le quita el teléfono móvil para controlar sus llamadas, le impide hablar con los amigos de siempre…
Obsesivo. Huye del compromiso, pero exige que el otro esté a su disposición. Tendría atada a su pareja, mientras se marcha.
Narcisista. Es egoísta. Siempre habla de sí mismo y de lo que hace. El mundo gira a su alrededor y su satisfacción es lo único.
Antisocial. Maltrata, con gritos, golpes, menospreciando al otro, haciéndole sentir mal, y carece de cualquier sentimiento de culpa.
Caótico. Imprevisible, inestable y con emociones explosivas. No vive un amor real. Hoy es un apasionado y mañana te pide que no le llames.
Redacción QUO