Según Abraham Paul Sperling, autor del texto Psicología simplificada: “Un centímetro cuadrado de la extremidad de cada uno de ellos tiene 60 puntos de dolor”. Para algunos científicos, los dedos son indispensables para entender la evolución y supervivencia de la especie humana, así como de otros seres vivos. En ellos se pueden encontrar, principalmente, dos niveles de sensibilidad: la protopática, que ayuda a percibir estímulos bruscos y dolorosos, así como la epicrítica, que permite distinguir estímulos más finos, como las texturas. Según explica E. Bruce Goldstein en el libro Sensación y percepción: “El tacto es crucial para realizar muchas acciones, y cumple una función protectora al advertir de posibles daños a los tejidos”.

Redacción QUO