Millones y millones de bacterias ‘nadan felices’ en agua bendita. Al menos, esos son los resultados de un estudio realizado por un equipo de investigadores del Instituto de Higiene e Inmunología Aplicada de la Universidad de Viena, que ha lanzado un llamamiento a la población advirtiendo que el agua con el que se persignan o bautizan a sus hijos contiene abundante materia fecal y podría ser perjudicial para su salud.
El estudio, que analizó 21 manantiales sagrados en Austria y 18 fuentes y benditeras de Viena, descubrió que las muestras contenían hasta 62 millones de bacterias por mililitro, lo que deja en evidencia que ninguno de ellos es recomendable ni seguro para el consumo humano.
La investigación también indica que cuantas más visitas recibe una iglesia, más bacterias se ‘suben a la pila’. Además de las bacterias fecales, los investigadores han encontrado también un alto número de bacterias Campylobacter, una de las principales causas de intoxicación alimentaria en países desarrollados que también puede provocar diarrea inflamatoria.
«Tenemos que advertir a los ciudadanos del peligro que corren al beber o interactuar con estas fuentes» asegura el microbiólogo Alexander Kirschner, uno de los colaboradores de este estudio. También advirtieron del riesgo que puede provocar como raíz de infecciones contagiosas tanto en iglesias como en iglesias situadas en hospitales.
Kirschner recomienda añadir sal a las benditeras para reducir el riesgo de contagios o infecciones y cambiar el agua de la pila con más frecuencia.
Redacción QUO