Por una vez en la vida, los textos del Boletín Oficial del Estado se entienden muy bien hoy. El BOE publicó ayer «el procedimiento por el cual la Organización Nacional de Trasplantes autoriza las actividades de promoción y publicidad en apoyo de la donación de células y tejidos humanos cuando estas actividades superen el ámbito de una comunidad autónoma».
La medida habla de que «la promoción y publicidad de la donación u obtención de tejidos se realizará en todo caso de forma general, sin buscar beneficio para personas concretas, debiendo evitar los llamamientos colectivos para la donación en favor de un paciente concreto”. Lo que ya estaba prohibido era pedir órganos o tejidos para un enfermo con nombre y apellidos, del mismo modo que tampoco el donante podía decidir a quién donar un órgano; solamente –y es muy frecuente en el caso de riñones y médulas óseas– se autoriza si hay parentesco o relación personal muy estrecha (como parejas de hecho). La novedad es que ahora la ONT tendrá que autorizar incluso las campañas que sean anónimas, o sea, sin paciente concreto.
El Jefe de los Servicios Médicos de la Organización de Transplantes (ONT), Gregorio Garrido, aclara a Quo que «eso incluye a iniciativas particulares o familiares». Y añade que la propia Orden Ministerial: «Cuando la Orden habla de que, ‘entidades para la captación de donantes de progenitores hematopoyéticos de médula ósea o de sangre periférica’, se está refieriendo a cualquier iniciativa, venga de donde venga y aunque esas entidades no tenga una forma legal de asociación o similar».Aún así, Garrido añade que, por si hubiera duda, el BOE habla de que para «aquellos supuestos que no se encuentren recogidos en los cuatro anteriores» también habrá un procedimiento de autorización.
Como la ley carece de retroactividad, iniciativas ya en marcha «no tienen que solicitar esa autorización a menos que realicen variaciones sustanciales en sus objetivos», nos cuenta Garrido, como también ordena el BOE a las nuevas campañas que se comuniquen a la Administración. El impulsor de una de esas iniciativas, Una médula para Mateo, Eduardo Schell, no piensa igual, y así se lo aclara a Quo: «Habla de entidades y asociaciones, no de movimientos particulares o familiares como es el nuestro». Aunque en su perfil en Facebook reconoce que «aún así, vamos a hablar con la ONT, tal y como hemos hecho otras veces, para aclararlo y ver si esta medida nos afecta en alguna forma».
Shell también señala que, aunque su campaña y la página web se llamen de este modo (es el nombre de su hijo enfermo), «desde que comenzamos esta iniciativa, #medulaparamateo ha sido #medulaparatodos, y nuestro objetivo ha sido promover la donación de médula ósea e informar a aquellos que querían hacerse donantes». Y añade (de modo casi exacto a cómo lo aclara en su página de Facebook) que sabe que «no se puede donar para una única persona».
La versión de Gregorio Garrido es que dicha campaña comenzó estando encaminada a recoger donantes de médula para ese niño, pero que «después de hablar con ellos, entendieron que eso no se podía hacer y cambiaron el mensaje», y pasaron a ampliar el llamamiento a donantes de médula en general. «Es algo que ocurre muy frecuentemente y nosotros [la ONT] o las Comunidades Autónomas solemos ponernos en contacto con ellos para aclarárselo y ayudarles».
En el extremo más oscuro de estas campañas está la intención de la Administración de frenar los intentos de bancos de médula con fines comerciales de aprovecharse de la sensibilidad social para hacer negocio.
Redacción QUO