La magia más mágica del mago es su habilidad para distraer nuestra atención en el momento preciso. El ilusionista sabe qué hacer para que te fijes en su rostro unas milésimas de segundo, el tiempo justo para hacer el truco. Conoce los gestos que delatan tu intención, y los que él tiene que hacer para conducirte. Son expertos en Teoría de la Mente, la capacidad para atribuir intencionalidad y predecir la conducta del otro.

Redacción QUO