La mejor forma de prevenir la gripe es mediante la vacunación, ya que evita un 75% de las infecciones en las personas jóvenes y sanas, y algo menos en los mayores o enfermos debilitados. La campaña de vacunación suele comenzar a mediados de octubre y depende de cada comunidad autónoma. Por ello, es conveniente acudir al centro de salud más cercano para informarse.

La vacuna es especialmente recomendable para las siguientes personas: mayores de 60 años; enfermos crónicos (especialmente de tipo renal, pulmonar o cardiaco) o que sufren una enfermedad que les coloca en una situación de mayor riesgo; y personas que puedan estar expuestas al virus, como los profesionales sanitarios, trabajadores de geriátricos y residencias, policías, bomberos, personal de protección civil o viajeros internacionales. En el caso de las embarazadas, es preferible que se vacunen a partir del segundo trimestre. En cuanto a los niños, se recomienda su vacunación sólo si se encuentran en algún grupo de riesgo o si pueden afectar a algún adulto con riesgo. Y viceversa: los adultos que puedan contagiar a los más pequeños también deberían vacunarse.

Para evitar la transmisión del virus, es recomendable taparse la boca al toser o al estornudar, lavarse frecuentemente las manos, sobre todo después de haber tosido o estornudado, y no reutilizar los pañuelos empleados al estornudar o limpiarse las secreciones nasales. Por ello, mejor usar pañuelos de usar y tirar.

Redacción QUO