La memoria es un proceso maleable y, por tanto, susceptible a sufrir distorsiones o experimentar falsos recuerdos. Y esta situación se acrecienta en las personas que son consumidoras habituales de cannabis, según demuestran los resultados de una investigación realizada por el grupo de investigación en Neuropsicofarmacología Humana del Instituto de Investigación Biomédica del Hospital de Sant Pau de Barcelona.
Mediante resonancias magnéticas, los científicos descubrieron que los consumidores de cannabis mostraban menor activación en áreas del cerebro asociadas al procesamiento de los recuerdos. Esta situación afectaba incluso a los pacientes que habían abandonado el consumo del cannabis un mes antes de realizar el experimento.
La investigación parece corroborar que los consumidores de esta sustancia presentan una mayor vulnerabilidad a sufrir distorsiones de memoria incluso algún tiempo después de abandonar dicho hábito, sufriendo así una afectación prolongada de los mecanismos cerebrales que nos permiten distinguir entre sucesos reales e ilusorios.
Redacción QUO