Hay sitios en el mundo a los que es extremadamente difícil acceder. Sin embargo los drones lo tienen mucho más fácil, así que, ¿por qué no usar esta tecnología para llevar pequeñas mercancías clínicas y mejorar la asistencia sanitaria de los lugareños?

Esta idea vino cuando un grupo de investigadores de la Universidad Medica Johns Hopkins descubrió que las muestras de sangre humana se mantenían estables al ser transportadas por el aire. Estiman que este método de entrega daría a millones de personas de zonas rurales y económicamente pobres mejor acceso a tratamientos y diagnósticos.

«Con la llegada de los aviones no tripulados baratos era evidente que podían usarse para ampliar el alcance de la asistencia sanitaria», asegura Timothy Amukele, autor principal de la investigación. Aunque todavía tenían que responder a una cuestión básica: ¿podría el viaje deteriorar las muestras de sangre, vacunas y medicamentos?

Cuando el drone despega hay que lanzarlo muy fuerte en el aire, mientras que cuando aterriza choca con el suelo. Estos productos son muy delicados y podrían sufrir algún tipo de daño con estos movimientos.

Para comprobar su resistencia los investigadores recogieron seis muestras de sangre de 56 voluntarios del Hospital Johns Hopkins. La mitad de ellas fueron transportadas por tierra y la otra mitad por aire.

Cuando fueron devueltas al laboratorio se analizaron y descubrieron que estaban en perfectas condiciones. Ante este resultado, Amukele se siente muy estimulado y reconoce que ya piensa en el siguiente paso del estudio. «Ahora podemos probarlo con pacientes reales, utilizando muestras reales y en entornos reales. Ese es el próximo gran obstáculo», añade.

Los investigadores todavía tienen que pensar en cómo se podrá pedir un drone, donde aterrizará y cómo se empaquetarán las muestras. «Esas preguntas no valían la pena hasta que supiéramos que la sangre se mantenía estable en vuelo. Ahora podemos comenzar a responder a todas las cuestiones», expresa Amukele. «Siento que hemos inventado el coche antes que la red de carreteras”, sentencia.

Redacción QUO