Quién nos iba a decir que el juego diseñado en 1984 por Alekséi Pázhitnov iba a hacernos tanto bien. Además de llevar más de 30 años haciéndonos pasar ratos inolvidables, ahora un grupo de científicos de la Universidad de Plymouth y la Universidad Tecnológica de Queensland (Australia) ha descubierto que puede tener efectos muy beneficiosos para nuestra salud.
Y es que, echar un ‘vicio’ a este popular juego durante sólo tres minutos puede ayudarnos a contrarrestar otros mucho peores, como consumir drogas, alcohol, tabaco o comida de forma compulsiva. También a reducir las actividades sexuales y a dormir, lo cual es sólo beneficioso si eres adicto a ambas, claro. Para llegar a estas conclusiones, los investigadores australianos pidieron a un grupo de voluntarios que jugaran al Tetris en entornos apacibles (fuera de un laboratorio). Allí, los participantes fueron monitorizados para conocer sus niveles de deseo. Fue así como se percataron que el juego diseñado por Pázhitnov interfería con las ganas de fumar, tomarse una copa, drogarse u otras actividades. Los beneficios de jugar al Tetris se alargaron durante un período de siete días.
Según los datos recogidos y que se publicarán en la revista Addictive Behaviors, los autores afirman que el juego podría ayudar a la personas a manejar con autocontrol sus antojos poco saludables, y recomiendan una investigación más amplia que incluya a personas dependientes y adictas a distintas drogas como el cannabis, la cocaína u otras sustancias. Según el profesor Jackie Andrade, de la Facultad de Psicología y el Instituto de Cognición de la Universidad de Plymouth, «jugar al Tetris tres minutos disminuye las ganas de consumir drogas, alimentos y realizar otras actividades entre un 56% y un 70%. Esta es la primera demostración de que la interferencia cognitiva se puede utilizar fuera de un laboratorio para reducir malos hábitos. Creemos que este efecto ocurre porque el Tetris ocupa procesos mentales que inhibe realizar otras actividades. Es difícil imaginar hacer algo y jugar al Tetris al mismo tiempo».
Durante el experimento, 31 personas de edades comprendidas entre los 18 y los 27 años informaron siete veces al día a través de mensajes de texto a los investigadores de todos los impulsos que sentían. Independientemente de esto, también les animaron a comunicar los antojos de manera proactiva, con independencia de las indicaciones. El ‘ansia’ se registró en el 30% de la ocasiones para la alimentación y las bebidas no alcohólicas. El 21% de los caprichos fueron sustancias calificadas como drogas -que incluían el café, tabaco, vino o cerveza- y el 16% de los antojos estaban relacionados con otras actividades como dormir, jugar a videojuegos, socializar con amigos o mantener relaciones sexuales. También se percataron de que el capricho por consumir comida tendían a ser ligeramente más débiles que los de otras categorías.
Según Jon May, también de la Universidad de Plymouth, «el impacto del Tetris en el deseo fue coherente durante toda la semana y en todos los tipos de ansias. La gente jugó unas 40 veces de media, pero el efecto no parecía desaparecer. Este hallazgo es potencialmente importante ya que tendría grandes beneficios para tratar distintas adicciones y ser usado como una herramienta de apoyo».
Fuentes:
pearl.plymouth.ac.uk | medicalxpress.com | ibtimes.co.uk |
Redacción QUO