Dicen que chikungunya significa «doblarse de dolor» en makonde, una lengua africana. Fue en Tanzania donde la existencia de este virus se detectó por primera vez en 1952 y, luego, progresivamente se fue expandiendo por África, el sudeste asiático y América Latina. Su presencia en Europa era excepcional, hasta ahora. Y ayer mismo se confirmó la existencia de un caso en España (que no es el primero, como se ha dicho erróneamente). El paciente es un hombre de 60 años, vecino de Gandía, y que empezó a experimentar los síntomas a principios de julio, cuando estaba de viaje por Francia.
El chikungunya es un virus que se transmite por la picadura de una especie de mosquito, el Aedes aegupti, que también puede contagiar el dengue y la fiebre amarilla.Una semana después de ser picado, el paciente comienza a experimentar fiebre, vómitos, dolores musculares y hemorragias en distintas partes del cuerpo. La buena noticia es que la enfermedad rara vez resulta mortal. Se estima que han muerto unas quinientas personas desde que el virus fue descubierto, pero en casi todos los casos fue por otros problemas de salud que se complicaron al contraer este nuevo mal. Pero, la mala noticia es que no existe vacuna, y que los síntomas pueden durar meses e, incluso, años en algunos casos.
Por supusto, todo lo anterior es en términos muy genéricos. En la realidad, tal y cómo nos explicó la doctora Dolores Salgueiro del Hospital 12 de Octubre, de Madrid, es que los pacientes presenten un cuadro leve de esta enfermedad. «Los pacientees dominicanos suelen describirla como una gripe más mala de lo habitual», nos explicó la especialista. «Ya que los síntomas se parecen mucho, aunque resultan muy molestos. Lo habitual es que, en esos casos, la enfermedad se supere por sí misma». El sangrado y los síntomas más extremos solo aparecen en los cuadros severos. En este caso, al no existir cura conocida, lo que se hace, tal y como nos aclaró la doctora, es aplicar tratamientos a cada síntoma, buscando una mejoría del paciente y a la espera de que se acabe superando la enfermedad.
Las autoridades sanitarias advierten que el virus no se transmite por besos, ni abrazos ni ninguna otra forma de contacto entre los seres humanos. La picadura del mosquito es requisito obligatorio para infectarse. Desafortunadamente, no existe manera de prevenir la enfermedad. Tan solo controlar los nidos de mosquitos y, si es posible, proceder a su eliminación.
La doctora Salgueiro nos aclara, eso sí, que el caso de Gandía no es el primero de esta enfermedad que se produce en nuestro país. En 2014 ya hubo dos en Galicia, y estima que alrededor de cien españoles han padecido la enfermedad. «Pero eran personas que se infectaron durante sus vacaciones en el Caribe y otras zonas más sensibles a la presencia del virus», explicó el especialista. «El caso que se ha detectado ahora, es el primero que puede considerarse autoctono. El paciente se infectó en suelo europeo».
El hecho de que la enfermedad esté propagándose a un ritmo relativamente rápido en Europa se debe a que la población de este continente no cuenta con defensas inmunológicas adecuadas para hacer frente al virus. Afortunadamente, Europa (España incluída) no es un lugar donde la presencia del mosquito Aedes aeguoti sea algo habitual. «Aunque el mosquito que la transmite ya está en España, el número de ejemplares es aún muy bajo, por eso el riesgo de que haya una epidemia es muy pequeño. Habrá algún caso más, eso es cassi eguro, pero no hay motivos para provocar una alerta sanitaria», nos aclaró Dolores Salgueiro.
Respecto a las posibles medidas de prevención, según los especialistas deben ir encaminadas a controlar a las personas que han viajado a las zonas más sensibles. Y, a nivel individual, se recomienda evitar dejar basuras amontonadas, acequias y pozos sin tapar, y cualquier cosa que pueda servir para convertirse en un foco de mosquitos.
Tal y cómo ya hemos dicho, parece que el riesgo de una epidemia de casos de contagio por el virus chikungunya en nuestro país no es muy alto. Pero, quien quiera estar doblemente prevenido, siempre puede echar mano de una mosquitera. Poco más se puede hacer.
Redacción QUO