Los cambios en el fenotipo pueden promover mutaciones genéticas que les permiten a los microbios adaptarse rápidamente a los cambios del entorno. Esta es la conclusión a la que llega el físico de la Universidad de Edimburgo, Bartlomiej Waclaw, que ha utilizado un modelo informático para comprender cómo el fenotipo de un organismo, en este caso su crecimiento, puede influir en sus genes en un ambiente que no presenta modificaciones.El experimento ayudará a entender qué hace que las bacterias logren ser resistentes a los antibióticos.
La simulación situaba a las bacterias en dos escenarios diferentes, en uno de ellos los forzaba a atravesar una región sumamente exigente en la que les cuesta sobrevivir, mientras otro grupo llegaba a destino sin recorrer “el valle de la muerte”. Al final del camino ambos grupos presentaban mutaciones, en los dos casos diferentes, aunque en las primeras se podía ver que los cambios las habían hecho más fuertes. Las supervivientes de los dos grupos, se mezclaban y de ellas surgían nuevas bacterias que, sin necesidad de atravesar el pasaje, eran igual de fuertes. Este tipo de comportamiento, explican los autores en el trabajo publicado en Arxiv, es lo que las convierte en resistentes y lo hace muy rápido, entre 10 y 100 generaciones bastarían.
Prevenir esta veloz adaptación de las bacterias resulta fundamental para evitar que sean resistentes, por ello “identificar los interruptores que facilitan y aceleran estos cambios será muy útil para evitarlos o al menos demorarlos”, concluye Waclaw.

Juan Scaliter