Cuando una madre toma alcohol durante el embarazo, incluso una pequeña dosis, puede aumentar las posibilidades de que las próximas tres generaciones puedan desarrollar alcoholismo,afirma un nuevo estudio de la Universidad de Binghamton.
El equipo dirigido por Nicole Cameron, es el primero en investigar los efectos del consumo de alcohol durante el embarazo en el comportamiento relacionado con el alcohol (consumo y la sensibilidad al efecto de alcohol) en las generaciones que no han estado directamente expuestas al alcohol en el útero.
El estudio se realizó en ratas embarazadas que recibieron el equivalente a un vaso de vino, cuatro días seguidos, en las jornadas 17 a 20 de gestación, el equivalente del segundo trimestre en los seres humanos. Y más tarde se testaron las reacciones al alcohol, tanto de hembras como de machos, hasta la tercera generación. Los resultados sugieren que si la madre toma durante el embarazo, aunque sólo sea un poco, se incrementa el riesgo de que su progenie se convertirá en alcohólico.
«Nuestros hallazgos muestran que en roedores, cuando una madre consume el equivalente a cuatro vasos de vino durante el embarazo, su descendencia y sus nietos, hasta la tercera generación, muestran un incremento en la preferencia y una menor sensibilidad al alcohol, – concluye Cameron – . Por lo tanto, los descendientes son más propensos a desarrollar alcoholismo. Este trabajo es el primero en demostrar los efectos transgeneracionales del consumo de alcohol durante el embarazo. Ahora tenemos que identificar cómo este efecto se pasa a través de múltiples generaciones estudiando los efectos del alcohol sobre el genoma y epigenoma”.

Juan Scaliter