Los antiangiogénicos son uno de los tratamientos contra el cáncer más utilizados por su efectividad. Estos agentes químicos reducen o inhiben la formación de nuevos vasos sanguíneos. Y precisamente gracias a ellos, a los vasos sanguíneos, es que los tumores pueden crecer, provocando la disminución de oxígeno en los tejidos circundantes. La falta de oxígeno provoca cambios en el metabolismo celular:las células cancerosas consumen hasta 20 veces más glucosa que las normales, saturando el centro energético de las células, las mitocondrias.
El problema con los antiangiogénicos es que los pacientes eventualmente desarrollan resistencia. Expertos de la Unidad de Investigación Clínica de Cáncer de Mama en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) han encontrado un modo de evitar esto. Trabajando en ratones con cáncer de mama y de pulmón, observaron que cuando se añaden un agente antidiabético al régimen de administración del fármaco antiangiogénico, el crecimiento tumoral se inhibe en un 92%.
Lo más importante de este hallazgo señala Miguel Quintela-Fandino, director de la unidad y uno de los autores del estudio publicado en Cell Reports, es que el agente antidiabético que han utilizado en el CNIO, fenformina “fue retirado del mercado debido a una complicación poco común causada en pacientes diabéticos. Sin embargo, el fármaco es seguro en pacientes no diabéticos”. Esto resulta de suma importancia ya que los antiangiogénicos se utilizan para combatir el cáncer de mama, de pulmón, colorrectal, de ovario, de riñón y carcinomas hepáticos, entre otros.

Juan Scaliter