Si eres de los que se muerden las uñas con un gran sentimiento de culpabilidad, estás de suerte, esto te va a aliviar. Una nueva investigación realizada por alergólogos de la Universidad de Otago, en Dunedin (Nueva Zelanda), ha desvelado que mordernos las uñas o que los bebés se chupen el dedo provoca una exposición precoz a los alérgenos, lo que conlleva menor riesgo de desarrollar alergias.
Según se explica en el estudio, publicado en la revista especializada Pediatrics, solo el 40% de los niños estudiados que se chupaban los pulgares o se comían las uñas desarrolló alguna alergia.
Redacción QUO
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